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Incrementar la capacidad de respuesta del sistema de salud ante una de las principales causas de morbilidad y mortalidad materna en el mundo, y en Cuba, es justamente el propósito del Taller de formación de capacitadores en la prevención y tratamiento de la hemorragia obstétrica: Código Rojo; que sesiona hasta el próximo tres de noviembre en el Hospital Ginecobstétrico Ramón González Coro, de La Habana, con la participación de reconocidos profesores colombianos y obstetras representantes de todas las provincias del país.

“La intención es revisar todas las intervenciones que hay para reducir la hemorragia obs-tétrica conocida científicamente, pero además capacitar en la metodología educativa para formar a los proveedores de salud en el manejo de la hemorragia obstétrica, a través de simulación”, explicó la doctora Alma Virginia Camacho, Asesora Técnica regional en Salud sexual y Reproductiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe.

En ese sentido, la experta dijo que el Fondo de Población apoya al país en la importante creación de dos centros de simulación, uno en La Habana, y otro en Santiago de Cuba, donde puedan entrenarse con el uso de esta tecnología, en un primer momento los especialistas y también los que se están formando, con un enfoque de equipo para responder a esta complicación.

“La estrategia del Código Rojo, basada en un protocolo para la prevención y tratamiento de la hemorragia obstétrica avalado por la Organización Mundial de la Salud, ha sido eje central de la capacitación que les hemos ofrecido a especialistas en zonas rurales y urbanas de Colombia y en Panamá, y ahora en Cuba queremos compartir en escenarios de simulación la experiencia acumulada desde el 2003, cuando se creó el Centro Nacional de Salud Sexual y Reproductiva de la Universidad de Antioquia”, aseguró el especialista en Ginecobstetricia Juan Guillermo Londoño, profesor de la Universidad de Antioquia, integrante del Centro Nacional de Salud Sexual y Reproductiva de esta institución en Colombia, y parte del equipo de cuatro profesionales que imparte la capacitación en Cuba.

“Este taller busca mejorar el acceso a la salud sexual y reproductiva con calidad, y es parte de las nuevas acciones que desarrolla el Programa de Atención Materno Infantil en Cuba para evitar las muertes maternas” aseveró, por su parte, Rafael Cuestas, Coordinador Internacional de Programa de la oficina del Fondo de Población en Cuba.

La iniciativa forma parte del plan de trabajo del Programa de Cooperación entre la oficina del UNFPA en Cuba y el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) del Ministerio de Salud Pública, y también recibe apoyo de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe (LACRO) del Fondo de Población.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas, dijo Cuestas, apuesta por prevenir: que cada parto sea seguro, una iniciativa global que el UNFPA incorporó desde hace dos años al Programa de País, y que es coordinado y aprobado por el Gobierno cubano y el MINSAP.



“Para este año la mayoría de los recursos del proyecto se dedicaron a comprar los simuladores, con la expectativa de poder expandirlo a nivel nacional y contribuir a reducir la mortalidad materna por hemorragia”, precisó Cuestas.

“Mantener activos los sistemas de vigilancia de la mortalidad materna es lo único que realmente va a informar a los decisores de políticas o los que trabajamos en los servicios de salud, de cuáles son esas causas de mortalidad, y ello requiere un abordaje organizado, en los datos e información que recogen”, señaló la doctora Virginia Camacho.

La especialista destacó que a nivel global ha habido una reducción de alrededor del 40 por ciento de la mortalidad materna entre los años 1990 y el 2015, de cara a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y hoy la tasa es de 216 muertes maternas por cada cien mil nacidos vivos. En América Latina es de 67 por cada cien mil nacidos vivos, 13 países se encuentran sobre el promedio regional, y el resto por debajo de esta tasa, entre ellos Cuba, con un índice de 39 por cada cien mil nacidos vivos.

“Los Objetivos de Desarrollo Sostenible plantean reducir la mortalidad materna a nivel mundial a 70 por cada cien mil nacidos vivos. América Latina, como promedio, está por debajo de la meta, pero las diferencias entre los países son profundas: por territorio, grupo étnico, edad, por lugar de residencia, entre otras. Todavía existen un grupo de poblaciones que son tremendamente vulnerables a la mortalidad materna en la mayoría de los países de la región. La inequidad y la desigualdad siguen siendo uno de los rostros de América Latina”, enfatizó la experta.

Igualmente, explicó que entre las causas de muerte materna a nivel global, de la región, y de los países, las más importantes son la hemorragia obstétrica y las causas indirectas, es decir, las mujeres que tienen una condición médica persistente que se agrava con el embarazo, como la hipertensión, la diabetes, el cáncer, entre otras. Son fundamentales los esfuerzos para la vigilancia y seguimiento con grupos orientados hacia la acción.

“El dato es importante pero lo es más aún que ese dato tenga una respuesta efectiva”, señaló.