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La Habana-Actualizar el proyecto multisectorial para la implementación de una respuesta integral e integrada a la violencia de género, fue el objetivo central del intercambio que reunió este viernes en La Habana a instituciones, organizaciones, grupos y redes, en el marco de la Campaña ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.
La cita, coordinada por la investigadora Ada Alfonso, especialista de la línea de violencia del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), con el acompañamiento del Sistema de Naciones Unidas en Cuba, se enfocó, además, en la identificación de las brechas existentes para la prevención y atención de la violencia en el país, y el fortalecimiento de las alianzas entre actores sociales diversos que trabajan en la promoción de una cultura de paz.
“Cuba posee muchas fortalezas y avances en temas de género si la comparamos con los países de la región e incluso del mundo, pero todavía queda mucho por hacer en materia de servicios, comunicación, producción de conocimientos e información de calidad, para garantizar una respuesta integral a la violencia contra las mujeres y las niñas”, aseveró Rolando García, Representante Auxiliar del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas en la isla.
En ese sentido, durante el encuentro se trabajó en grupos la revisión de la propuesta de proyecto “Respuestas integrales y sistémicas para el abordaje de la violencia contra las mujeres en Cuba”, elaborada en 2014, y se enriqueció con nuevas acciones y protocolos de actuación desde un enfoque de derechos humanos y respeto a la diversidad.
Desde el ámbito de la comunicación, entre las propuestas estuvo la publicación de un material con recomendaciones generales para el tratamiento de los temas de género en los medios de difusión masiva, y la elaboración de una estrategia que permita articular e intencionar los espacios de capacitación.
De igual modo, se señaló la necesidad de una Estrategia de Comunicación general que incluya segmentar los públicos y trabajar en sub campañas para trasmitir el mensaje por la no violencia a grupos específicos como jóvenes y adolescentes, teniendo en cuenta sus intereses y características.
Con relación a los servicios, una de las sugerencias fue la articulación de espacios existentes como los Centros Comunitarios de Salud Mental, las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia; y en el caso de la Ciudad de La Habana, también los Talleres de Transformación Integral del Barrio, para establecer una red que provea información, apoyo, y atención a las necesidades de víctimas y agresores, ya sean de orden jurídico, psicológico, económico o de salud. Entre las iniciativas del área de investigaciones se aludió a la creación de un grupo nacional de estadísticas sobre género y un centro de referencia donde se concentren todas las investigaciones del país sobre el tema. Por su parte, especialistas de la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC), propusieron como parte de las acciones del componente de formación del proyecto, la elaboración de una estrategia para la capacitación de la población en temas de derechos, y la sensibilización de los operadores de la justicia en temas de género.
De acuerdo con Yamila González Ferrer, coordinadora nacional del Proyecto Género y Derecho de la UNJC, “la sensibilización y capacitación a los juristas en general y en particular a jueces, fiscales y abogados es vital porque aun cuando tuviéramos las leyes más actualizadas, completas y modernas, ellos son los que las interpretan y aplican”.
“Tenemos que actuar contra los estereotipos sexistas que aún están presentes en la subjetividad de los individuos y que influyen a la hora de enfrentar estas situaciones”, apuntó.
Al finalizar el evento, se acordó realizar una segunda reunión técnica en enero de 2017 para elaborar a partir de las propuestas enunciadas en esta convocatoria, el proyecto final para la implementación de una respuesta integral a la violencia de género en Cuba.

 

El matrimonio forzado, el trabajo infantil, la mutilación genital femenina y otras prácticas que dañan la salud y los derechos de las niñas, amenazan la ambiciosa Agenda de Desarrollo 2030, alerta el texto.
“Nuestro futuro depende de las niñas que cumplan esta decisiva edad”, asevera la investigación y reflexiona acerca de que el estado del mundo dentro de 15 años está condicionado porque hoy hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para desencadenar el potencial de una niña de 10 años.
Los 10 son una edad fundamental para las niñas de todo el mundo, pues son el preámbulo de la pubertad. En algunas regiones del mundo, las niñas de esa edad cuentan con posibilidades ilimitadas y ellas mismas, o sus familias, comienzan a hacer elecciones que influirán en su educación y, posteriormente, en su vida laboral.
Pero en otros lugares se considera que una niña que atraviesa la pubertad es un producto que se puede comprar, vender o negociar. Igualmente, puede verse obligada a contraer matrimonio, a abandonar los estudios y a comenzar a procrear y a iniciar una vida de servidumbre.
En muchos sentidos, la trayectoria vital de una niña de 10 años será el verdadero criterio para medir el éxito o el fracaso de la Agenda 2030, asevera el Estado de la población Mundial 2016.