Cerca del 50 por ciento del fondo habitacional afectado, 15 instalaciones de salud con daños de diversa intensidad y afectaciones severas a los cultivos, las vías de transporte y las infocomunicaciones, fueron parte del escenario que encontraron los vecinos del municipio de Yaguajay, al centro norte de la isla de Cuba, tras el paso del huracán Irma el pasado mes de septiembre de 2017, que dejó afectaciones a nueve provincias y más de 22 municipalidades.
Para el doctor Luis Guillermo Fulgueiro Ramírez, calificado obstetra de amplia experiencia en situaciones de emergencia, cualquier información –o preparación- es poca cuando se trata de controlar los impactos de un fenómeno de este tipo, frecuentes en la zona del Mar Caribe.
En su centro de salud, el Hospital General "Joaquín Paneca Consuegra", la inminente amenaza de Irma, a fines de agosto, obligó a prever las condiciones en que recibirían el mal tiempo cerca de 200 embarazadas que tenían sus fechas de parto para los últimos meses del año. Aquellas que vivían en zonas de difícil acceso fueron acercadas a la institución de salud, o a sus homólogas en la capital provincial de Sancti Spíritus, territorio al que pertenece Yaguajay. Las que no tenían riesgo inmediato de parto o complicaciones, fueron aseguradas por sus médicos de familia.
La preparación no fue ociosa. Este hospital, ubicado en una zona montañosa difícil de la costa centro norte cubana, realiza partos y cesáreas, con obstetras altamente calificados como Fulgueiro. Pero al momento del huracán atendía una población de 13.395 mujeres en edad reproductiva, de las cuales alrededor de 2.040 se consideraba en riesgo preconcepcional, incluidas 24 adolescentes de entre 14 y 18 años.
Primero, los vientos soplaron del oeste; luego, desde el sur. “Ahí fue cuando Irma dijo: aquí estoy yo”, declaró a la prensa local el doctor Manuel Santamaría, director del Hospital.
Según el directivo, en cuestión de minutos se trasladó a los hospitalizados de una sala a otra, de un local a otro. “Pusimos embarazadas hasta debajo de las mesetas del Laboratorio Clínico”, añadió el director quien, además, confirmó el nacimiento de ocho bebés entre viernes y lunes –el fin de semana del huracán-, cifra que duplica los habituales en el centro asistencial.
Gracias a todas las previsiones, al trabajo organizado y en equipo para reaccionar ante coyunturas especiales, el hospital de Yaguajay no enfrentó pérdidas humanas ni complicaciones durante la crisis, pero sus recursos materiales y humanos fueron llevados al límite.
Respuesta inmediata
El equipo en Cuba del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, respondió a la emergencia, como ya es habitual en estos casos, apoyando el Programa de Atención Materno Infantil, por medio de kits de higiene, de salud sexual y reproductiva, anticonceptivos, asistencia técnica para proveedores, promoción de salud y prevención de las ITS/VIH/sida.
“Ante la emergencia movilizamos kits de Higiene y Salud Sexual y Reproductiva (SSR), con medicamentos, insumos e instrumental quirúrgico para enfrentar urgencias en las localidades afectadas, muchas de las cuales se vieron afectadas materialmente”, señaló Rafael Cuestas, Coordinador Internacional de Programa del UNFPA en Cuba.
El hospital de Yaguajay recibió Kits de SSR 6, A y B, y 11 A y B, con gran impacto para la atención a las complicaciones del parto y las cesáreas.
“En especial los KIT 11b, para cesáreas, nos resultan extremadamente útiles, pues traen mucho material, pinzas específicas, instrumental que antes no teníamos y que facilita el manejo de una emergencia quirúrgica en condiciones difíciles”, aseguró el doctor Fulgueiro.
Ese obstetra sabe bien de qué habla. Su experiencia como colaborador de salud en lugares muy difíciles de África le ha confirmado que intervenciones urgentes, con instrumental preciso, pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte para las embarazadas y sus recién nacidos.
“Ahora estamos mucho mejor equipados”, confirmó el también doctor Manuel Santamaría, director del Hospital, durante un recorrido realizado por un equipo conjunto del UNFPA y el Gobierno cubano el pasado noviembre.
Igualmente, en Yaguajay, las cerca de 200 embarazadas en su tercer trimestre, o puérperas recientes, recibieron kits de higiene para cubrir sus necesidades básicas tras el paso del evento. Muchas de ellas son parte de familias que perdieron sus casas, sus techos, o tuvieron que ser evacuadas a espacios más seguros.
Ahora, con fondos movilizados del Gobierno de Canadá, se gestiona la adquisición de bombas de infusión y cardiotocógrafos, una necesidad del hospital confirmada durante el recorrido de noviembre.
El UNFPA mantiene proyectos de cooperación con el Ministerio de Salud Pública cubano desde la década de los años noventa del pasado siglo XX. En particular, el Programa de Atención Materno Infantil ha recibido apoyos múltiples en forma de suministros de anticonceptivos, asistencia técnica para proveedores de salud sexual y reproductiva, promoción de salud y prevención de las ITS/VIH/sida. (Dixie Trinquete / UNFPA en Cuba)