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El mundo recordará el año 2020 como aquel en que el tiempo casi se paralizó producto de una pandemia global que puso en jaque los sistemas de salud, las economías y la movilidad de las poblaciones, por solo citar los ejemplos más visibles de un impacto sin precedentes en las últimas décadas.

La ciencia, compulsada por la magnitud y transmisibilidad del virus SARSCoV-2 y la enfermedad que provoca –COVID-19- inició una carrera contra el tiempo en busca de protocolos de atención eficientes, una vacuna que frene definitivamente el contagio y respuestas diversas ante un enorme cúmulo de interrogantes que han ido apareciendo cada día. Si bien la posibilidad de contagio de la COVID-19, en términos médicos generales, es la misma para todos los seres humanos, la pandemia ha demostrado que no todas las personas son afectadas por ella de la misma manera. La percepción del riesgo, el cumplimiento de las medidas higiénico sanitarias y otras condicionantes marcan el ritmo –y los resultados- del enfrentamiento a la enfermedad. Entre ellas, destacan diferenciales que tienen que ver con la edad y el sexo –quizás los más evidentes-; pero también la movilidad de las poblaciones y su morbilidad, las condiciones de sus viviendas, las dinámicas familiares, el desempeño laboral, los roles y estereotipos de género, las tareas de cuidado, los hábitos y comportamientos de vida y consumo, entre otros, que también marcan la propagación de la COVID-19.

En este escenario, prácticamente todos los paradigmas científicos tienen y necesitan espacio aunque no siempre sea así reconocido, valorado y, sobre todo, tomado en cuenta a la hora del proceso investigativo. En este camino, la investigación demográfica, por tanto, se posiciona también como contribución esencial en la búsqueda de esas diferenciaciones que ayudan a comprender mejor la pandemia, y a diseñar políticas y protocolos de enfrentamiento más eficaces. Este libro, "Demografía y COVID-19: Diferenciales sociales y epidemiológicos de una pandemia", recoge los acercamientos investigativos sistemáticos del CEDEM y otros espacios investigativos aliados (las facultades de Geografía, Matemática y Psicología de la Universidad de La Habana y la Universidad de Oriente), durante lo que podemos considerar la primera etapa de la pandemia en el país (entre el 11 de marzo y el primero de julio). Resulta una recopilación de parte de los trabajos que fueron publicándose semanalmente en sucesivas ediciones especiales del boletín INFOPOB, uno de los productos derivados de la estrategia de comunicación, información y educación en temas de población que desarrolla el centro desde hace varios años.

También es resultado de las acciones derivadas del “Plan de atención del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana (CEDEM-UH) ante la pandemia de COVID-19”, que tiene como objetivo central apoyar, desde una mirada sociodemográfica, la lucha contra la COVID-19 en el país.

Cuando este libro entraba en fase final de edición, en el mes de agosto, Cuba vivía una etapa de repunte o “rebrote” de la epidemia, lo cual evidencia la relevancia de contar con protocolos que, asumiendo la importancia del comportamiento y conducta humana en el proceso de control de la epidemia, reconozcan los atributos de esa población para un mejor, objetivo y efectivo diseño de las políticas de enfrentamiento. En esa dirección, los profesionales del CEDEM continuaremos trabajando, y nuevos INFOPOB tendrán vida.

Dr. Antonio Aja Díaz

Director del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM)

Universidad de La Habana