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Yuleimy García Torres, de 18 años, fue una de las pinareñas beneficiadas por los implantes subdérmicos donados por el UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas.

En el baño de casa de su mamá, donde mejores condiciones había, se refugiaron Yuleimy García Torres y su niño mientras el huracán Ian azotaba La Coloma, Pinar del Río, el 27 de septiembre de 2022. La primera media hora la pasaron allí. Luego una racha de viento se llevó el techo de zinc y corrieron a guarecerse debajo de la meseta de la cocina.

“Parecía que el mundo se acababa. Era muy duro ver cómo las cosas se mojaban, se iban con el viento, se echaban a perder”, recuerda Yuleimy, de 18 años.

Su casa sufrió un derrumbe total y hoy vive junto a seis familiares en un hogar temporal.

Una sola pregunta daba vueltas en su cabeza mientras recogía lo poco que le quedó tras el desastre: ¿cómo salir, junto a los suyos, de la difícil situación en que se encontraban?

La respuesta llegó más temprano que tarde: empezaría a laborar como trabajadora social para ayudar a reconstruir la casa y sustentar a su niño de dos años. También iría al policlínico Turcios Lima, del municipio Pinar del Río, en busca de implantes subdérmicos o algún otro método anticonceptivo que la ayudara a tomar las riendas de su planificación familiar.

Adriana Martínez Echavarría   

 Adriana Martínez Echavarría quiere terminar sus estudios de Biofísica Médica sin correr el riesgo de un embarazo no intencional. Por eso se acercó al policlínico Turcios Lima en busca de un implante subdérmico.

El mismo propósito tenía Adriana Martínez Echavarría cuando se acercó a esa institución sanitaria de Pinar del Río. La casa de la joven de 20 años, también de la Coloma, sufrió un derrumbe parcial después de que los fuertes vientos de Ian le llevaran el techo.

Apoyada por sus abuelos y su papá, Adriana no dudó en continuar sus estudios de Biofísica Médica. Pero, para asegurarse de poder hacerlo, debía buscar, entre otras cosas, un método anticonceptivo. Ya no encontraba en las farmacias las tabletas de Trienor que tomaba meses atrás y necesitaba una protección más estable y duradera. Pensó entonces en un implante subdérmico.

Sus primeras visitas al policlínico Turcios Lima en busca del dispositivo no dieron los resultados esperados. Tiempo después, desde esa institución la llamaron para notificarle que había llegado un donativo del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, y que su implante estaba disponible.

Anticonceptivos que arriban en el momento oportuno

700 implantes subdérmicos llegaron al policlínico Turcios Lima, donde radica la consulta provincial de planificación familiar.

En abril de 2023, arribaron a Pinar del Río 1 000 implantes subdérmicos, como parte de un donativo gestionado por el UNFPA para contribuir a la revitalización de los servicios de salud sexual y reproductiva luego de la emergencia. De ellos, 300 fueron destinados al Hospital General Abel Santamaría y 700 llegaron al policlínico Turcios Lima, donde radica la consulta provincial de planificación familiar. Estos últimos se distribuyeron en todo Pinar del Río, teniendo en cuenta el grado de afectación de cada territorio.  

Según la doctora Lázara Medina Martínez, al frente de la consulta de planificación familiar del Turcios Lima, se asignaron 60 implantes al municipio Los Palacios, 100 a Consolación del Sur, 300 a Pinar del Río, 60 a La Palma, 50 a Viñales, 20 a Minas de Matahambre, 60 a San Juan y Martínez y 50 a San Luis. También se capacitaron profesionales de la salud para que cada municipio contara con un servicio de alta calidad al que las mujeres pudieran acceder para beneficiarse con el donativo.

El personal de salud que se encarga de ejecutar el Programa de Atención Materno Infantil en los policlínicos, los consejos de dirección y los grupos básicos de trabajo en las comunidades hicieron, una lista con las mujeres más necesitadas de implantes, según sus patologías, antecedentes y las afectaciones provocadas por el ciclón. “Se prestó especial atención a las adolescentes con hijos y, en cada caso, se preguntó a las mujeres si estaban de acuerdo en usar este método anticonceptivo”, dice la doctora Lázara.

“En el caso de los anticonceptivos, normalmente les decimos a las mujeres los métodos con los que contamos, el tiempo que las puede proteger cada uno y ellas eligen cuál les resulta mejor. No se trata de imponer ninguno”, explica.

La doctora Lázara examina a una paciente antes de colocar el implante subdérmico.

La enfermera Amelia Gómez Velazco, también de la consulta de Planificación Familiar del Turcios Lima, indicó que los implantes ofrecen protección a las beneficiarias durante tres años y antes de colocarlos se debe cumplir un riguroso procedimiento.

“Se explica a las mujeres en qué consiste el método anticonceptivo, cómo se pone y cómo se retira. También las sometemos a un examen físico, descartamos que estén embarazadas o que tengan alguna patología que contraindique su uso y preguntamos sus antecedentes obstétricos, si tienen hábitos tóxicos, si hacen alergia a algún medicamento, entre otras cuestiones”.

La disponibilidad de implantes complementa la oferta de otros métodos de corta duración, que también han sido donados por el UNFPA para estos servicios. Estos se ofrecen a mujeres con necesidades insatisfechas de planificación familiar.

Todas estas acciones acciones están en línea con los compromisos adoptados en la Cumbre de Nairobi, en la cual los países acordaron intensificar los esfuerzos para “garantizar que haya cero necesidades insatisfechas de información y servicios de planificación familiar, y la disponibilidad universal de anticonceptivos modernos de calidad, accesibles, asequibles y seguros”.

Tras la colocación del implante, tiene lugar el seguimiento de todas las mujeres para evaluar la evolución de cada una y ofrecer acompañamiento. De esta manera, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) y el UNFPA contribuyen a garantizar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos.

En un mes, la doctora Lázara y la enfermera Amelia colocaron los 300 implantes que tenían asignados a su consulta. Explicaron que la necesidad hizo agilizar el trabajo, porque muchas de las mujeres atendidas llevaban tiempo sin otro método anticonceptivo moderno, no habían podido recuperar sus viviendas y tenían otras patologías de base.

Antes del donativo, la situación con los anticonceptivos en Pinar del Río era complicada. La doctora Lázara afirmó que desde enero hasta abril de 2023 solo habían recibido 50 implantes al municipio. Con el paso del huracán Ian, esta situación se vio agudizada.

En un mes, la doctora Lázara y la enfermera Amelia han colocado los 300 implantes que recibieron en su consulta.

Además de los implantes subdérmicos, el donativo del UNFPA que arribó al policlínico Turcios Lima incluyó inyectables hormonales y tabletas anticonceptivas. También contenía kits para desgarros cervicales y vaginales, kits para el manejo clínico de la violencia sexual y kits de higiene.

Según la Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS), recogida en 2019, en todo el país la demanda insatisfecha de planificación familiar de las adolescentes entre 15 y 19 años que están actualmente casadas o en unión es de 21.1%, lo que significa que una de cada cinco adolescentes casadas o en unión no usan, ellas o sus parejas, un método anticonceptivo moderno o tradicional. Esta es una situación que se agudiza en contextos de emergencia.

De acuerdo con el Anuario Demográfico de Cuba, que publica la Oficina Nacional de Estadística e Información, durante 2022, en Cuba, 14 748 muchachas tuvieron un hijo o hija; de ellas, 397 no habían cumplido los 15 años.

Particularmente en Pinar del Río, el 9.2% de todas las mujeres en edad reproductiva (de 15 a 49 años) casadas o en unión declaran tener necesidades insatisfechas de planificación familiar. Dicho valor se encuentra ligeramente por encima de la media nacional.

Autonomía corporal: el primer paso para la recuperación

Yuleimy y Adriana agradecen el donativo de UNFPA.

Yuleimy y Adriana van saliendo de la consulta que les correspondía un mes después de colocarse los implantes. Se les ve sonrientes y tranquilas. No presentaron inconvenientes con el anticonceptivo y tienen una preocupación menos. Por el momento, una quiere enfocarse en trabajar y la otra en estudiar. Las dos, a su manera, son resilientes ante a las adversidades.

“Estoy a punto de graduarme y tengo muchos planes profesionales y personales por delante. No es que sea algo malo, pero no quiero tener hijos todavía. Espero que mi descendencia llegue cuando esté en condiciones de recibirla”, confesó Adriana, quien días después ayudó a poner el techo de su casa.

Yuleimy, por su parte, espera erigir un mejor futuro para ella y su pequeño Maikel Daniel. Por el momento, solo quiere concentrarse en ayudar a reconstruir su vivienda, lograr que su bebé sea cuidado en un círculo infantil y ayudar, desde su puesto de trabajadora social, a otras personas en condiciones de vulnerabilidad.

“Este es el primer anticonceptivo que utilizo y quisiera que, dentro de tres años, existan las condiciones para ponerme otro”, dijo. 

Ambas jóvenes agradecieron el donativo. Reconocieron que implantes como los suyos son muy costosos en el mundo y solo esperan que otras muchachas, como ellas ahora, tengan la posibilidad de elegir si quieren tener descendencia, el tamaño de esta y el momento oportuno para hacerlo.

Tras la colocación del implante, las pacientes deben asistir a consultas de seguimiento.

 “Quisiera que dentro de tres años existan las condiciones para ponerme otro implante”, dice Yuleimy.