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“Creemos que lo sabemos todo y nos equivocamos”, “necesitamos que también los padres aprendan de educación sexual, pues a veces les preguntamos y no nos pueden responder nuestras dudas”, “las pancartas están buenas porque nos enseñan al fin, cuáles son nuestros derechos”.

Con el inicio de 2019, el UNFPA en Cuba, en alianza con el Ministerio de Salud Pública ha iniciado la socialización y distribución de materiales informativos relacionados con la implementación de estándares de calidad para servicios de salud sexual y reproductiva (SSR) dirigidos a adolescentes.

Esas y otras muchas opiniones fueron compartidas por muchachas y muchachos de secundaria y preuniversitario del municipio capitalino de San Miguel del Padrón, el primero donde se presentan las pancartas ya concluidas, de los tres seleccionados para la arrancada de la implementación a escala de los estándares en el país.  

 

La serie de tres pancartas contiene información sobre los derechos sexuales y reproductivos de los adolescentes, los estándares de calidad para los servicios de SSR dirigidos a ese grupo de edad y aprobados para Cuba, y los servicios de este tipo disponibles en cada territorio. Llegar a este momento ha sido resultado de un proceso de construcción participativa con adolescentes y personal de salud, básicamente, que inició en tres municipios: Buey Arriba, en la oriental provincia de Granma; Cumanayagua, en Cienfuegos, al centro de la isla y San Miguel del Padrón en La Habana.

Talleres, reuniones diversas, espacios compartidos en los que han participado también autoridades de gobierno y representantes de otros sectores de los territorios como el de educación, por solo citar un ejemplo, permitieron ir construyendo contenidos a partir de la identificación de barreras culturales, creencias, mitos y maneras de establecer los servicios de salud para adolescentes que han afectado el acceso de muchachas y muchachos de estas edades. 

Así, en este proceso, apoyado en las acciones del proyecto UBRAF-ONUSIDA con el UNFPA en Cuba, se proyectaron los horarios y espacios ideales para organizar estos servicios, se identificaron las condiciones existentes, y las necesidades de los adolescentes, para el desarrollo de un paquete de servicios integrales de salud, de modo que se alcancen los estándares de calidad.

Las muchachas y muchachos de San Miguel del Padrón, este enero, sorprendieron por la agudeza de sus planteamientos. En sentido general, reconocieron de forma reiterada el papel de la Educación integral de la Sexualidad en espacios particulares, como la familia y la importancia de una comunicación con sus madres y padres que muchas veces no es clara, directa y no satisface sus necesidades de orientación, información y educación. También, la necesidad de buscar espacios menos rutinarios, como parques o áreas recreativas, para dialogar sobre temas vinculados con la salud sexual y reproductiva.

En relación con los servicios de salud, los prefirieron cerca de sus hogares e incluso en la escuela. Igualmente, expresaron sus preferencias de más espacios educativos en los medios de comunicación y las propuestas de herramientas más actuales para conocer de estos asuntos como los juegos de computadora, o aplicaciones móviles.

En una escala de 100, 200, fue una de las valoraciones más icónicas y, a la par, sintéticas que el grupo de adolescentes emitió sobre esta experiencia, de la que se sienten partícipes activos y que ha dado como resultado este juego de pancartas informativas que poco a poco, serán visibles en escuelas, policlínicos, hospitales y sitios diversos del país. Allí, donde llegarán esas muchachas y muchachos en un futuro cercano y, como comentó uno de los participantes de los talleres, “podremos decir: nosotros hemos contribuido”. (Dixie Trinquete y Livia Quintana/ UNFPA en Cuba)