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Palabras de Marisol Alfonso de Armas, Representante Auxiliar de la Oficina del UNFPA en Cuba, durante el Panel Virtual: “Apoyo del Sistema de Naciones Unidas en Cuba al enfrentamiento al cambio climático”, celebrado con motivo del 76 aniversario de las Naciones Unidas

Agradezco la invitación para participar en esta actividad por el 76 aniversario de las Naciones Unidas, este año dedicada a un tema vital como es el cambio climático o la acción por el clima.

Durante mi intervención comentaré sobre una de las contribuciones del área de resultados “sostenibilidad ambiental” del Marco de Cooperación para el Desarrollo Sostenible 2020-2024 entre el Gobierno de Cuba y el Sistema de las Naciones Unidas (SNU).

Enmarcada en el producto que busca el fortalecimiento de las capacidades de actores clave para implementar estrategias sistémicas de adaptación y mitigación del cambio climático, esta macroactividad que el UNFPA lidera, como parte del grupo interagencial de resultados de sostenibilidad ambiental, se define en términos de la elaboración de herramientas y estudios que apoyen la incorporación de la adaptación al cambio climático en la planificación territorial, la evaluación de impactos y la propuesta de soluciones.

Tres agencias tributan al desarrollo de esta macroactividad: el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas.

 

¿Qué lugar ocupa la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático en la agenda del UNFPA?

El cambio climático siempre ha sido parte de la agenda de población y desarrollo sostenible. Dos instrumentos internacionales lo refrendan: El Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (1994), a nivel global, y el Consenso de Montevideo de Población y Desarrollo (2013), que es su expresión regional. En este último, se emplea siempre el concepto de desarrollo sostenible y se integran en sus compromisos los enfoques de género y derechos humanos.

Además, los planes estratégicos, programas regionales y el actual Programa de País del UNFPA con el Gobierno de Cuba (2020-2024) incluyen un enfoque de continuum entre estrategias de desarrollo y humanitarias: la gestión de conocimiento, el fortalecimiento de la resiliencia frente a los efectos del cambio climático y la participación según las características de las poblaciones más afectadas.

Para compartir los esfuerzos que estamos desarrollando, voy a tratar de transitar por los aportes, desde los aspectos más generales a los más específicos, visibilizando las sinergias, las complementariedades y los valores añadidos.

 

UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas

El UNFPA trabaja con el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana (CEDEM) en un proyecto que lidera el Grupo de Distribución Espacial y Medio Ambiente de esta institución académica, en el área de los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgos ante el cambio climático. Este proyecto busca responder la siguiente pregunta: ¿Cómo disminuir la vulnerabilidad de los 262 asentamientos costeros que poseen superficies situadas a menos de un metro de altura sobre el nivel del mar, frente a los impactos actuales y estimados del cambio climático? En estos asentamientos reside el 10% de la población cubana.

La iniciativa maximiza la importancia de la comprensión de las dinámicas demográficas, más allá de conocer las características de la población por sus atributos tradicionales. Apunta hacia el conocido concepto de vulnerabilidad demográfica y le concede una lectura de género más abarcadora, pues sabemos que, si bien esta dimensión es inherente a los propios procesos demográficos, muchas veces se reduce a la estructura por sexos de la población.

Los territorios en los que se desarrolla este proyecto son Pinar del Río, La Habana, Santiago de Cuba, Villa Clara, Matanzas, Mayabeque, Ciego de Ávila y Camagüey.

Como resultado, se espera contar con una caracterización sociodemográfica de las poblaciones costeras de estas provincias, identificando cuáles son las variables que deben ser parte de un índice de vulnerabilidad ante los riesgos de desastres relativos a los impactos del cambio climático. En estos momentos ya está diseñado el proyecto para esta investigación.

También se diseñará un sistema de indicadores de vulnerabilidad demográfica sensibles a género, para su medición en las poblaciones residentes en asentamientos costeros expuestos a los riesgos del cambio climático. Ya se encuentra en proceso de construcción el sistema de indicadores y será validado en las poblaciones residentes en asentamientos costeros expuestos a los riesgos del cambio climático.

Es importante señalar que estos esfuerzos son parte de la tesis doctoral de la MSc. Arianna Rodríguez García, profesora del CEDEM.

 

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM)

Muy relacionado con este tema, pero con un énfasis en uno de los componentes de la dinámica demográfica, se ubica la contribución de OIM, que se espera se implemente con las actividades de PNUD y UNFPA.

Esta iniciativa tiene como objetivo incorporar los estudios que focalicen los movimientos migratorios internos en la planificación territorial, de manera que se integre este tema también en las acciones de adaptación al cambio climático y en las propuestas a las soluciones que se identifiquen.

 

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)

El PNUD, contribuye a esta macroactividad con tres proyectos:

El primero de ellos es el Proyecto “Plan Nacional de Adaptación de La Habana” e inicia el próximo año, con el objetivo de elaborar el Plan de Adaptación al Cambio Climático de la zona costera de La Habana, como herramienta de integración de la adaptación en la planificación del desarrollo territorial en la capital.

El segundo es el proyecto “Soluciones Ingenieras”, que inició con un estudio de factibilidad técnico-económica de soluciones ingenieras, que pudieran implementarse en la zona marino-costera para la protección del Malecón habanero, ante los efectos del cambio climático.

Y el tercero es el proyecto “Vigilancia marina”, el cual busca fortalecer el Sistema Meteorológico Marino Cubano para la mejora de los servicios de alerta hidrometeorológica y ambiental. En este período, ha sido fortalecida la eficiencia del sistema de pronóstico marino cubano mediante la asimilación de información de los Radares de Apertura Sintética (SAR) y de herramientas de procesamiento.

 

Adaptación y mitigación del cambio climático: fortalezas, oportunidades y complementariedad

 

 

Las acciones de estas tres agencias cuentan con fortalezas y oportunidades que permitirán contribuir a los esfuerzos que realiza el país en relación con la adaptación y mitigación del cambio climático. Entre ellas están, el hecho de trabajar la vulnerabilidad demográfica como parte de la vulnerabilidad social y ambiental, de contar con el aporte de los observatorios demográficos presentes en todos los territorios del país y de la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial (PADIT), además de la existencia de alianzas con la Defensa Civil para la integración de indicadores demográficos en los indicadores de vulnerabilidad.

A partir de estas fortalezas y oportunidades, y teniendo en cuenta el desafío que representa la movilización de recursos, ya comenzó la formulación de propuestas que integren las contribuciones de las tres agencias a partir de sus ventajas comparativas y la complementariedad entre ellas.