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Cuba hacia la resiliencia demográfica en un mundo de 8 mil millones de habitantes

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Cuba hacia la resiliencia demográfica en un mundo de 8 mil millones de habitantes

calendar_today 14 Julio 2022

Día Mundial de la Población 2022
Cuba hacia la resiliencia demográfica en un mundo de 8 mil millones de habitantes
Este 11 de julio, Día Mundial de la Población, el informe “World Population Prospects 2022”, publicado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, anunció que, el 15 de noviembre, la población mundial ascenderá a 8 mil millones de personas.
Este hito es motivo de festejo y de reflexión. Por eso la Oficina en Cuba del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, organizó un panel para abordar diversas dimensiones de la interrelación entre la población y el desarrollo sostenible. La Sra. Consuelo Vidal-Bruce, Coordinadora Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Cuba (SNU), estuvo presente en el encuentro junto a representantes de Agencias, Fondos y Programas del SNU y del cuerpo diplomático, autoridades nacionales y contrapartes del UNFPA en Cuba.
Vidal señaló que la cifra de 8 mil millones de habitantes “es un gran desafío, en medio de los complejos problemas que enfrenta actualmente el mundo, agravados por la pandemia de la covid-19, las guerras, el cambio climático y el aumento de las desigualdades”. Detrás de cada número, dijo, “hay personas que están siendo dejadas detrás”.
 

Sra. Consuelo Vidal-Bruce, Coordinadora Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Cuba

 

La Coordinadora Residente comentó datos recogidos en el Reporte de este año sobre el progreso de la Agenda 2030. Por ejemplo, a nivel global, una de cada tres personas no tiene acceso a una alimentación adecuada, la emisión de gases contaminantes alcanzó el año pasado récords históricos y 100 millones de personas fueron desplazadas por los conflictos y la violencia. Además, mientras los países desarrollados sobrepasan como promedio las 150 dosis de vacunas por cada 100 personas, los de menos ingresos llegan solo a 24 y se exponen a una recuperación socioeconómica más lenta y tardía.
“Necesitamos multiplicar los esfuerzos conjuntos para lograr un mundo más justo, equitativo y sostenible, como el que nos plantea la Agenda 2030”, subrayó.
La Dra.C Marisol Alfonso de Armas, Representante Auxiliar de la Oficina en Cuba del UNFPA, resaltó que esta celebración del Día Mundial de la Población busca poner el foco “en la necesidad de trabajar de manera conjunta para aprovechar las oportunidades y garantizar los derechos y decisiones de todas las personas” en un contexto marcado por “el cambio demográfico, el cambio climático y las desigualdades”.
“El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, identificó cinco megatendencias que guían los avances en la implementación de la Agenda 2030 y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): La urbanización, el cambio climático, la innovación tecnológica, las desigualdades y el cambio demográfico, este último de naturaleza transversal en los ODS”.
En ese sentido, Vidal resaltó que “desde el SNU, hemos priorizado la dinámica demográfica como uno de los ejes transversales de nuestro Marco de Cooperación con Cuba para el periodo 2020-2024. Las Agencias, Fondos y Programas trabajan en apoyar la integración de este tema en las estrategias de desarrollo en todos los niveles”.
“Colocar a las personas en el centro, como objeto y sujeto del desarrollo, es la esencia del enfoque de la relación entre la población y el desarrollo sostenible”, explicó Alfonso.
¿Cuáles son las características de la dinámica demográfica en Cuba hoy?
El Dr. C. Antonio Aja, Director del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de La Habana, presentó el balance demográfico del país, los principales desafíos y la actualización de la Política de Atención a la Dinámica Demográfica.
“Con 11,1 millones de habitantes en 2021, Cuba presenta como tendencia una transición demográfica con muy bajos niveles de fecundidad, con 44 años por debajo del reemplazo generacional, bajos niveles de mortalidad, alta esperanza de vida, baja mortalidad infantil y un sostenido saldo migratorio internacional negativo”.
En 2021, se evidenció “un significativo aumento del número de defunciones generales, una contracción importante en el número de nacimientos y un aumento significativo de población en el exterior sin ser considerada migrante”.
“La población decrece por cuarto año consecutivo, con 68 mil 380 efectivos en 2021 en comparación con 2020. Se produjo el más bajo número de nacimientos (99 096) y el más alto de defunciones (167 645) de los últimos 60 años”.
“La entrada de contingentes numerosos con esperanza de vida más larga incide en los sistemas de seguridad y asistencia social. Se presenta una mayor demanda de cuidados de larga duración”.
Además, hubo “una disminución de la población en edad laboral, permanente movilidad interna de la población entre provincias y municipios, así como disminución y envejecimiento de la población en las zonas rurales”.
 

Antonio Aja, Director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana

 

Entre los desafíos que genera esta situación, Aja mencionó la importancia de atender la dinámica demográfica, con énfasis en el aumento de los niveles de nacimientos y la atención a la creciente población adulta mayor; focalizar la atención a las diferencias territoriales y locales de la dinámica demográfica; reducir el saldo migratorio externo e interno negativo; disminuir el embarazo y la fecundidad en la adolescencia; estructurar un sistema nacional de cuidado; atender de manera integral la formación de la población joven, así como incrementar la participación de diversos grupos en espacios institucionales.
Aja enfatizó en la fecundidad adolescente como “mayor desarticulación de la fecundidad cubana”. El directivo apuntó que “disminuye lentamente mientras aumenta su peso dentro de la fecundidad general y se observa una dispersión del fenómeno en diferentes provincias y municipios”.
Hacia el 2030, de acuerdo con el especialista, la población cubana continuará decreciendo y el número de personas con sesenta años y más, se acercará al 30% del total (cerca de 3.3 millones de personas). Además, se incrementará “la relación de dependencia a más de 620 habitantes fuera de la edad laboral en relación con los que están en edad laboral”. Habrá una “concentración de la población en zonas urbanas que se acercará al 80% del total”. Las familias serán pequeñas, con un promedio entre 2.8 y 3 personas por unidad familiar.
Ante este panorama, la actualización de la Política de Atención a la Dinámica Demográfica realizada en abril de 2022, busca “estimular la fecundidad con el fin de acercarse al reemplazo poblacional; atender las necesidades de la creciente población de 60 años y más, así como fomentar la participación de los adultos mayores en las tareas económicas, políticas y sociales; estimular el empleo mayoritario de las personas aptas para trabajar y prever, en la estrategia de defensa del país, el impacto del envejecimiento de la población; atender las causas que provocan la migración interna y externa, en función de reducir estos flujos, mitigar el despoblamiento de municipios y zonas rurales y trazar políticas que faciliten la participación de los cubanos residentes en el exterior en los procesos de desarrollo socioeconómico en el país”, explicó el directivo.
Un mundo de 8 mil millones ante el cambio climático
El Dr. C. Ramón Pichs Madruga, Director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, explicó que “buena parte del debate internacional sobre medio ambiente en los años recientes ha girado en torno a la llamada ‘triple crisis planetaria’, que se refiere al cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la contaminación”.
De acuerdo con Pichs, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), en su sexto ciclo de evaluación, reflejó en sus más recientes informes “la necesaria urgencia en la acción frente al cambio climático; la importancia de respuestas que sean inmediatas y equitativas; el riesgo que supone el cambio climático para el cumplimiento de los ODS; y los crecientes costos y riesgos asociados al retraso de las acciones de respuesta ante este reto global”.

 

Ramón Pichs Madruga, Director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial

 

Ante este reto global, apuntó el experto, “Cuba mantiene su voluntad política y compromiso con los esfuerzos globales frente al cambio climático, así como sus acciones de cooperación con otras naciones”. El tema está incluido en la Constitución de la República de Cuba adoptada en 2019 y sistematizado en el Plan de Estado para el Enfrentamiento al cambio climático “Tarea Vida” de 2017. Según Pichs, “estos esfuerzos se ven obstaculizados por las medidas restrictivas del gobierno de Estados Unidos hacia el país”.
Para integrar la dinámica demográfica en la adaptación y mitigación ante el cambio climático, Pichs señaló que resulta crucial “revalorizar el papel de la ciencia, desarrollar capacidades de respuesta a escala local, potenciar la solidaridad y la cooperación internacional, e incorporar la variable ambiental y una respuesta equitativa ante el cambio climático en la recuperación post covid-19”.
“Preservar el medio ambiente es una precondición para evitar nuevas pandemias”, concluyó.

Una ruta cubana para el disfrute pleno de la salud y los derechos sexuales y reproductivos

Hacia 2030, el UNFPA se ha propuesto alcanzar tres resultados transformadores como contribución al logro de los ODS. La agencia se propone contribuir a poner fin a las muertes maternas evitables, las necesidades insatisfechas de planificación familiar y las violencias basadas en género y las prácticas nocivas.
La Dra. Ada Alfonso, especialista del Centro Nacional de Educación Sexual del Ministerio de Salud Pública de Cuba, listó diez claves para el logro de estos resultados transformadores en Cuba.
En primer lugar, ubicó “la apropiación efectiva de los enfoques de género, derechos humanos y participación”, los cuales han calado fuertemente a nivel discursivo, pero existen límites en la práctica concreta. Igualmente, “el fortalecimiento del sistema de promoción de salud, prevención, atención y reparación” requiere “acciones positivas, integrales, preventivas, educativas, comunicacionales y de respuesta de justicia” que refuercen la capacidad de las poblaciones clave de acceder a servicios de salud integrales, adecuados, oportunos y de calidad, en el momento en que se necesiten.
“El perfeccionamiento de la articulación intersectorial es fundamental para dar respuesta a los determinantes sociales de la salud, las desigualdades sociales y ofrecer una lectura interseccional de las problemáticas que colocan en situación de vulnerabilidad a determinados grupos y personas”.

 

Ada Alfonso, especialista del Centro Nacional de Educación Sexual del Ministerio de Salud Pública de Cuba

 

Otras de las claves son “la relevancia de la educación integral de la sexualidad dentro y fuera de la escuela” y “la formación y capacitación de recursos humanos del sistema nacional de salud”.
Además, recalcó, es crítico “subvertir el patriarcado a través de la comunicación para el desarrollo y el cambio social” de manera que estos procesos contribuyan a “la construcción de ciudadanías activas a partir del reconocimiento al efectivo ejercicio del disfrute y ampliación de derechos individuales y sociales”.
Otro aspecto relevante es el “monitoreo de la implementación de políticas públicas, sectoriales y locales, que posibilite identificar las poblaciones que requieren de medidas afirmativas”.
Poner a “las familias en el centro de las intervenciones, como principal espacio de socialización y cuidados, y también de discriminación” y establecer “políticas dirigidas a las infancias, adolescencias y juventudes” son dos asuntos que propone la experta para el ejercicio pleno de los derechos sexuales y reproductivos de todas las poblaciones.
Por último, señaló la relevancia de prestar atención a “lo local, como espacio de producción de salud sexual y de garantías para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos, con representación de todas las instituciones de gobierno y de la sociedad civil”.  

Seguimiento a la agenda internacional de población y desarrollo

El MsC. Juan Carlos Alfonso Fraga, Vicejefe de la Oficina Nacional de Estadística e Información, destacó la solidez y utilidad del Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (CIPD) y del Consenso de Montevideo para hacer realidad un mundo que proteja los derechos y la capacidad de decidir de todas las personas.
El Programa de Acción de la CIPD fue firmado en El Cairo, en 1994, por 179 países con el fin de empoderar a las mujeres y las niñas para su beneficio y el beneficio de sus familias, comunidades y naciones. El Programa de Acción estableció que los derechos de las personas son un elemento central del desarrollo, que la salud sexual y reproductiva es un derecho humano fundamental y subrayó que empoderar a las mujeres y las niñas es indispensable para garantizar el bienestar de las familias, comunidades, naciones y el mundo en su conjunto.  
Por otra parte, el Consenso de Montevideo constituye una hoja de ruta para la región en cuanto a la defensa y promoción de los derechos sexuales y reproductivos de todas las personas, especialmente de las mujeres. Esta hoja de ruta busca garantizar el ejercicio pleno del derecho de ellas a decidir si desean ser madres, cuándo y cuántos hijos tener; a vivir una vida libre de violencia; a no morir al dar a luz por causas prevenibles.
El Consenso de Montevideo también reafirmó el derecho de adolescentes y jóvenes a recibir una educación integral de la sexualidad como garantía para el ejercicio de sus derechos. Es, además, una agenda integral que reconoce los derechos sexuales y reproductivos de afrodescendientes, indígenas, mujeres rurales, personas con discapacidad, migrantes, personas de la tercera edad, trabajadoras sexuales y población LGBTIQA+.

 

Juan Carlos Alfonso Fraga, Vicejefe de la Oficina Nacional de Estadística e Información

 

En todos estos espacios y, más recientemente en la Cumbre de Nairobi de 2019, Cuba ha participado y ratificado su intención de construir un país sin necesidades insatisfechas de planificación familiar, sin muertes maternas evitables y sin violencias basadas en género, explicó Alfonso.
Al respecto de la 4ta. Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo, comentó que, en este espacio, “Cuba ratificó su compromiso con la agenda internacional de población y desarrollo y mostró la coherencia entre sus políticas sociales y las acciones que propone el Consenso de Montevideo”. Durante ese encuentro, “se abordó el impacto de la covid-19 en su implementación y cómo hasta el momento no se ha logrado estudiar con detenimiento hasta dónde la pandemia afectó y afecta el tejido social”.
El demógrafo también presentó la “Plataforma de seguimiento regional al Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo, una herramienta interactiva y asequible para integrar los datos de todos los países”.

La resiliencia demográfica como respuesta

A partir de estos análisis, la Dra.C Marisol Alfonso de Armas reafirmó el compromiso del UNFPA con los esfuerzos que realiza el país para atender las dinámicas de la población y alcanzar la resiliencia demográfica, entendiendo a esta última como la capacidad de los países para “proporcionar unas respuestas singulares, basadas en datos que puedan ayudar a mitigar los efectos potencialmente negativos y aprovechar plenamente las oportunidades que también se presentan con el cambio demográfico”.

 

Dra.C Marisol Alfonso de Armas, Representante Auxiliar de la Oficina en Cuba del UNFPA

 

“Las sociedades resilientes desde un punto de vista demográfico comprenden que las tendencias demográficas se ven influenciadas por un conjunto de factores complejos e interrelacionados de carácter social, cultural, económico, ambiental y político, y por consiguiente exigen unas respuestas en materia de políticas amplias, integrales y con base empírica que permitan a todas las personas ejercer plenamente sus derechos; en particular, los sexuales y reproductivos. La mejor forma de garantizar la resiliencia demográfica es apoyando los derechos humanos, en particular los derechos y las decisiones sexuales y reproductivas de las personas”.
La resiliencia demográfica, indicó, debe ser asumida en sus dos dimensiones: desde el punto de vista proactivo, para prever y planificar el cambio demográfico a la vez que se invierte en educación, salud, igualdad de género y acceso al empleo digno; y desde el punto de vista transformador, para replantearse las normas tradicionales, especialmente aquellas relacionadas con los roles de las mujeres y los hombres en las familias y sociedades que impiden convertir los restos demográficos en oportunidades.

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