Estimadas y estimados colegas:
Año tras año, durante el 8 de marzo celebramos el Día Internacional de la Mujer. Es una fecha conmemorativa que nos recuerda la historia de la lucha por los derechos de las mujeres y el largo camino que todavía nos queda por recorrer para alcanzar la igualdad.
Desde la Oficina Regional de UNFPA quisiéramos que esto fuera una reflexión que se mantenga todo el año en nuestra conciencia, en nuestro trabajo, pero que nos movilice también en esta fecha concreta.
El tema de este año: “Las mujeres en un mundo laboral cambiante: hacia un planeta 50-50 en 2030”. Con ello, se quiere mostrar cómo el mundo laboral se transforma con implicaciones importantes para las mujeres y también con desigualdades persistentes, como la brecha salarial o la inserción en trabajos precarios o informales.
¿Qué tiene esto que ver con nuestro mandato como Fondo de Población de Naciones Unidas? Tiene que ver, y mucho. El compromiso con la igualdad de género y la no discriminación forma parte de nuestro ADN organizacional. Lograr el acceso universal a la salud sexual y reproductiva no pasa sólo por mejorar los marcos legales, las políticas y los servicios, o las capacidades institucionales, sino que requiere una transformación de las normas sociales y los estereotipos que rigen en nuestras sociedades, que coartan el empoderamiento de las mujeres, adolescentes y niñas y limitan su capacidad para tomar decisiones libres e informadas sobre su sexualidad, sus planes de vida y el ejercicio de sus derechos.
Por eso en UNFPA trabajamos para erradicar el matrimonio infantil y las uniones tempranas. Trabajamos para prevenir el embarazo adolescente, asegurar una educación integral en sexualidad que construya ciudadanas y ciudadanos libres, respetuosos, informados y responsables. Trabajamos por relaciones de género igualitarias y no violentas entre mujeres y hombres.
Estas son estrategias fundamentales para el logro de la igualdad de género, que a su vez es central para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los compromisos acordados en el Consenso de Montevideo. Si! y es un trabajo maratónico, complejo y de largo aliento.
Reconozco muy especialmente los esfuerzos que cada oficina, y de cada uno y una de ustedes hace en ese sentido y valoro la experiencia que hemos acumulado en estos años de trabajo. Hacemos mucho, sin duda, pero podemos hacer más.
Se que enfrentamos un contexto complejo, pero sin dejar de ser realistas, aprovechemos de manera estratégica lo que tenemos, que también es mucho: una comunidad de práctica de género conformada por colegas de la región; mujeres y hombres con un fuerte compromiso y conocimiento en la temática; un saber y una experiencia reconocida por nuestras contrapartes y socios en todos los países; una importante red de aliados con las que compartimos objetivos; una buena reputación y legitimidad para facilitar procesos de articulación y diálogo entre gobiernos y sociedad civil y algunos recursos que bien orientados pueden ser semilla de buenas iniciativas y de movilización de más recursos.
No puede ser un proceso mecánico y automático, sino que requiere pasión, dinamismo, creatividad, dedicación, profesionalidad, trabajo en equipo y la responsabilidad de todas y todos. Necesitamos de un convencimiento profundo de la centralidad de la igualdad de género para lograr un mundo mejor, sostenible y más justo.
¡A las mujeres trabajadoras de nuestra organización les deseo un feliz 8 de marzo!
En cada oficina conversen con sus representantes para definir el mejor modo de unirse a la manifestación global de recordar al mundo que la participación de las mujeres es una pieza clave del progreso, la justicia y la realización de los derechos humanos. Si hay eventos en los que el UNFPA ha sido convocado como organización no duden en participar, y si participan como ciudadanos y ciudadanas tengan a bien hacerlo con el debido cuidado a nuestras reglas y procedimientos.