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“La población mundial crecerá en 2200 millones de personas de aquí al año 2050, de los que 1300 nacerán en África subsahariana, donde las mujeres tienen todavía un limitado acceso a la atención de la salud, la planificación familiar y la educación”. Con este ejemplo, el Señor Arie Hoekman, Representante del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas en México y Director de País para Cuba y República Dominicana, llamó la atención sobre el hecho de que el ejercicio efectivo de los derechos reproductivos sigue siendo un desafío para gran parte del mundo.

Durante el Panel Derechos Sexuales y Reproductivos en el contexto demográfico cubano, realizado el 24 de enero en el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), Hoekman remarcó que el disfrute de los derechos y la igualdad plena de todas las personas, junto a la posibilidad de tomar decisiones libres en sus vidas, son pasos esenciales en el camino al desarrollo. El encuentro dio inicio a las actividades del 2019 del Cenesex y a la celebración del 50 aniversario de la creación del UNFPA, el 45 de su presencia en Cuba y el 25 de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (CIPD), realizada en 1994, en El Cairo, y de su Plan de Acción.

Para Hoekman, la cita adquiere mayor significación, pues Cuba se encuentra inmersa en un proceso de reforma constitucional que ha otorgado particular importancia al ejercicio de los derechos de todas las personas.

Con ello coincidió la doctora Mariela Castro Espín, directora del Cenesex, quien reiteró que la institución celebra en sus 30 años numerosos avances en ese empeño tan importante de “reescribir la felicidad” y que alcanza un hito significativo con el referéndum constitucional el próximo 24 de febrero.

“Esta nueva Carta Magna que hemos construido de conjunto, abre un grupo de oportunidades inéditas, vinculadas al respeto de todos los derechos y la igualdad ante la ley de todas las cubanas y cubanos. En ella queda recogido el principio explícito de no permitir discriminación por razón de género, orientación sexual, identidad de género, origen étnico, color de la piel, creencia religiosa, discapacidad u origen nacional”, expresó Castro Espín.

A su juicio, intercambios como este contribuyen a posicionar temas sobre los que debe volverse una y otra vez pues están directamente relacionados con nuestros principales desafíos como nación y como región.

DERECHOS PARA CAMBIAR EL MUNDO

De acuerdo con Hoekman, el derecho de las personas a decidir si quieren tener hijos, cuántos y en qué momento tenerlos ha estado en el centro del mandato del Fondo de Población durante el medio siglo que celebra en este 2019. “Cuba reconoció e incorporó muy pronto esos derechos, y no es una casualidad que aquí se firmara, en 1974, uno de los primeros programas de colaboración de nuestra organización a nivel global y que también está de cumpleaños, celebrando otro lustro en este año que comienza”, afirmó.

Asimismo, recordó que, en 1994, durante la CIPD, celebrada en El Cairo, Egipto, la delegación cubana, “presidida por Vilma Espín, fue una aliada estratégica del Plan de Acción que allí se propuso, defendimos y aprobamos”. Para la directora del Cenesex, “si bien es cierto que en muchos países han surgido políticas y programas a partir de los objetivos del Cairo, aún está pendiente la resolución de serias brechas y problemáticas emergentes que perpetúan la discriminación, la exclusión y las desigualdades en un contexto de contrastes, a nivel global y regional, en términos de avances y retrocesos para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos”.

En el más reciente Informe bandera del UNFPA, —mencionó Hoekman—el Estado de la Población Mundial, presentado el pasado mes de octubre a nivel global, se reconoce justamente cómo este derecho a decidir puede cambiar el mundo, mejorar rápidamente el bienestar de las mujeres y las niñas, transformar familias y sociedades y acelerar el desarrollo. El texto, titulado El Poder de Decidir: Derechos Reproductivos y Transición Demográfica, reflexiona también sobre cómo esa posibilidad de decidir es limitada, pues no todos los grupos de población, en todos los países, disfrutan de iguales derechos y oportunidades.

“El número de embarazos no deseados se mantiene tan elevado en muchas regiones; en parte porque la gama de métodos anticonceptivos es limitada; porque solo se dirigen los programas de planificación familiar a las mujeres unidas que ya son madres; porque se dejan afuera a todas las mujeres jóvenes de los servicios de planificación familiar, o no las proveen de la información y de la educación integral de la sexualidad. Este último es un problema muy particular que afecta a gran parte de los países en la región de Latinoamérica y el Caribe, que después de África subsahariana tiene la tasa más alta de embarazos entre adolescentes a nivel mundial”, ejemplificó el representante del UNFPA.

“El enfoque de derecho se entiende intrínseco a los procesos relacionados con la educación integral de la sexualidad, además en la cuestión del desarrollo y particularmente en las dinámicas demográficas”, comentó Manuel Vázquez Seijido, Subdirector del Cenesex. A su juicio, en cuanto a los desafíos de los derechos sexuales y reproductivos, Cuba dialoga con una realidad regional y global.

“Existen dos elementos que impactan el tema de los derechos: por un lado, un conservadurismo en la toma de decisiones políticas, del ejercicio de poder, de estados pautados por gobiernos de derechas, y en otro caso hay un conservadurismo asociado al reconocimiento y garantía de los derechos, y de manera particular en aquellos derechos que nos permiten el disfrute de nuestra sexualidad”. Este conservadurismo político está respaldado desde los fundamentalismos religiosos que emana de las distintas maneras que hay para experimentar la fe religiosa, y nuestro país dialoga con ese contexto, no escapa a él, precisó el panelista.

De ahí que el primero de los desafíos “y en la dinámica ascendente del reconocimiento de los derechos humanos, será siempre la sensibilización y capacitación”. Según el jurista, en el ejercicio de los derechos hay dos puntos fundamentales: primero que estén respaldados por regulaciones jurídicas, que dota de legitimación ese ejercicio; y en un segundo lugar que estén acompañados de un proceso social de legitimación hacia ese derecho que se desea ejercer y esa persona que necesita ese derecho. En esa dinámica los procesos de formación e instalación de capacidades en los distintos sectores de la sociedad son fundamentales, opinó.

Justamente, “respecto a la capacitación y sensibilización en nuestra sociedad, hay un fenómeno que ha estado, pero en los últimos meses se ha visto asociado a la Reforma Constitucional: los fundamentalismos religiosos en nuestros contextos, los discursos e impactos en determinados grupos sociales. Definitivamente, esa formación de conciencia va a pautar la toma de decisiones políticas. Esto es importante porque aborda la manera en que vamos a tener que dialogar como sociedad civil o Estado con esos generadores de contenidos que impactan irremediablemente el ejercicio de los derechos sexuales, todo lo cual se ha amplificado por el impacto de las nuevas tecnologías en los últimos tiempos”, opinó Vázquez.

Destacó también que la nueva carta magna amplía la garantía y reconocimiento de derechos y particularmente el de los derechos sexuales, y coloca como un tema esencial a atender la violencia, en todas sus manifestaciones, un elemento que muchas veces impide avanzar en la garantía de otros derechos.

CUBA, SIN DEJAR A NADIE ATRÁS

Con una población de 11,2 millones de habitantes, sumamente envejecida y una transición demográfica sumamente avanzada, la Mayor de las Antillas es pionera en la transición de la fecundidad (también avanzada), con niveles por debajo del reemplazo (2,1 hijos por mujer) desde 1978, y que se mantendrá, explicó Juan Carlos Alfonso, director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información. Si bien este comportamiento en la fecundidad es multifactorial, ha sido fundamental la política de decidir la mujer y la familia sobre su reproducción, tener los métodos anticonceptivos para ello y utilizarlos, así como los programas de educación sexual y el respeto a la integridad de las personas. La población de 60 años y más se eleva hasta el 20,1 por ciento, mientras que, en el 2017, la Tasa Global de Fecundidad fue de 1,61 hijos por mujer y la esperanza de vida al nacimiento fue de 78,45 años, superior a los 80 en las mujeres. Ello, precisó Alfonso, en un contexto de defensa y protección a los derechos sexuales y reproductivos.

“Es necesario tener en cuenta que el término de derechos, 25 años después de El Cairo, vuelve a ser controversial y estar en discusión, lo cual se expresa en posiciones concretas de países en eventos internacionales. Hace tres años la Comisión de Población y Desarrollo no adopta resoluciones, y es justamente el tema de los derechos sexuales y reproductivos donde se genera la mayor polémica”, apuntó. Según el especialista, Cuba es un paradigma en población y desarrollo en América Latina, y ha sido catalogado como un país de desarrollo humano alto, de acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, siendo además el que más asciende en el ranking internacional por sus valores en educación y salud. Ello a pesar de no tener altos ingresos brutos percápita.

Para Hoekman, Cuba no está exenta de desafíos. “Aún con altas tasas de uso de anticoncepción y un acceso legal, libre y gratuito a las interrupciones de embarazo, sigue siendo alta la fecundidad entre las adolescentes, al mismo tiempo que la población envejece de forma acelerada. De ahí que los costos relacionados con las pensiones y la atención de salud están creciendo, por lo cual la dinámica demográfica se reconoce como un desafío que demanda atención urgente”. Si bien en el país se han aprobado y aplicado políticas cuyos resultados en materia de igualdad de género, derechos, salud sexual y reproductiva, así como en la atención hacia jóvenes y adolescentes son visibles, tenemos que seguir trabajando, agregó la doctora Castro Espín.

“Así lo demuestra todo el debate que ha acompañado el proceso de consulta popular de la Reforma Constitucional, donde también han asomado los intentos de esos mismos grupos conservadores y religiosos que hemos visto actuar en la región en los últimos años de la mano de la extrema derecha”.

EMBARAZO ADOLESCENTE EN LA MIRA

Sobre los avances que se identifican a partir de las investigaciones en relación al acceso de la población cubana a los Servicios de Salud Sexual y Reproductiva (SSR), la doctora Matilde Molina Cintra. Subdirectora del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM), de la Universidad de La Habana, mencionó entre los más notorios el mantenimiento de la cobertura de los servicios de SSR hasta el nivel de municipio.

De igual modo, la incorporación de nuevas tecnologías, un mayor acceso a la anticoncepción de emergencia; el que se disponga de los recursos para interrupciones de embarazos y se cuente con personal especializado para garantizar la seguridad del proceder. “Esto último es muy importante, porque no solo es que exista el servicio, sino que se haga con calidad para que nuestras mujeres ejerzan bien su derecho”, apuntó.

También, dijo, existe un mayor uso de los servicios de SSR por parte de las mujeres adultas, profesionales más capacitados, así como la existencia de más salas de Ginecología en Policlínicos Rurales. Sin embargo, aún persisten brechas que hay que salvar, comentó la investigadora. Entre estas señaló la persistencia de una demanda efectiva centrada en las mujeres con una pobre inclusión de los varones, o sea, la invisibilidad de los hombres respecto a la SSR, sin tener en cuenta que es un tema de dos.

Por otra parte, Molina subrayó las limitaciones en las estrategias organizativas de los procesos y servicios del sistema de salud, que reducen las acciones educativas y de promoción de salud sexual en la Atención Primaria de Salud. Ello, unido a un debilitamiento del control del riesgo preconcepcional, y la disminución de los Servicios de SSR diferenciados para adolescentes son problemáticas que requieren mayor atención, destacó. Los propios estudios desarrollados por el CEDEM en este sentido han identificado otros elementos como dificultades con la distribución y ausencia en períodos determinados de métodos de anticoncepción, incluyendo el Condón, sobre todo en localidades orientales del país.

A juicio de la experta, incorporar la perspectiva de derechos sexuales, salud reproductiva y género en las capacitaciones dirigidas a los profesionales de la salud, de la educación general y superior, de la cultura, de los medios de comunicación social y de todos los sectores de la sociedad es uno de los principales desafíos. Asimismo, estimular los servicios amigables, programas y consultas que posibiliten el derecho que tienen los adolescentes a estar informados y orientados sobre los temas de salud sexual y reproductiva, métodos anticonceptivos, riesgos de una interrupción, derecho a una asesoría y consejería.

“Deben estar destinados a brindar un servicio de calidad y confidencialidad que garanticen la asistencia de los adolescentes a los mismos”, dijo.

Una de las interrogantes obligadas, explicó la panelista es si ¿está pensada la restructuración y diseño de estos servicios en función del problema que hoy representa el embarazo adolescente en el país y su comportamiento territorial hasta los municipios?; aspecto sobre el que invitó a la reflexión.

Visibilizar al hombre como componente relacional de la conducta sexual reproductiva, prestar atención a problemas sociales cada vez más crecientes relacionados con los derechos y la SSR: violencia, ITS, suicidio, adicciones y disminuir con políticas precisas la fecundidad adolescente, que se devela como una brecha en el ejercicio de los derechos reproductivos de la mujer, son acciones que demandan un trabajo intersectorial, desde la salud, la educación y el trabajo comunitario.

En se sentido, es preciso crear en los territorios ambientes saludables que garanticen la recreación sana y segura, los instrumentos y recursos básicos para la satisfacción de esta necesidad, explicó. Un mayor uso de técnicas educativas en los programas, que movilicen las vivencias y comportamientos de los adolescentes, e involucre la familia, la escuela y los grupos de amigos, son estrategias necesarias, mencionó la subdirectora del CEDEM. (Por Lisandra Fariñas)