Usted está aquí

El más reciente informe del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, señala que la ansiedad demográfica va en aumento y aboga por dar un giro de 180º en las maneras de comprender los cambios demográficos.
La publicación de nuevos datos revela que la ansiedad demográfica se ha convertido en un fenómeno generalizado y que cada vez es más frecuente que los gobiernos adopten políticas encaminadas a aumentar, reducir o mantener las tasas de fecundidad. Sin embargo, el informe sobre el Estado de la Población que el UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, presenta hoy afirma que las iniciativas que buscan repercutir en dichas tasas casi nunca surten efecto y pueden vulnerar los derechos de las mujeres. 
El informe de referencia “8.000 millones de vidas, infinitas posibilidades: argumentos a favor de los derechos y libertades” aboga por dar un giro de 180º grados a la perspectiva desde la que se abordan las cifras demográficas e insta a gobiernos y medios de comunicación a prescindir de los relatos exagerados sobre explosiones y descalabros poblacionales. En lugar de preguntarse a qué velocidad tiene descendencia la ciudadanía, es necesario plantearse si todas las personas —y en especial las mujeres— están en posición de ejercer su libertad reproductiva. En demasiadas ocasiones, la respuesta es “no”. 
“El cuerpo de las mujeres no puede quedar supeditado a los objetivos demográficos”, expone la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA. “Si queremos forjar sociedades prósperas e inclusivas, independientemente del tamaño de la población, necesitamos un cambio radical de mentalidad en lo que respecta a nuestra forma de hablar sobre los cambios poblacionales y hacer planes en torno a ellos”.

 

Obra de Cecilie Waagner Falkenstrøm, fundadora del estudio “ARTificial Mind”, que está incluida en el reporte sobre el Estado de la Población Mundial 2023.
 
En los 68 países que han facilitado datos sobre la materia, el 44% de las mujeres y niñas con pareja no tiene derecho a tomar decisiones informadas en lo relativo a las relaciones sexuales, el uso de anticonceptivos y el acceso a la atención de salud, una proporción verdaderamente abrumadora. A nivel mundial, se calcula que unos 257 millones de mujeres tienen una necesidad insatisfecha de anticonceptivos modernos, seguros y fiables.
A lo largo de la historia, hemos podido constatar que las políticas de fecundidad pensadas para aumentar o reducir la natalidad son inútiles en la inmensa mayoría de los casos y atentan contra los derechos de las mujeres. Durante los últimos 20 años, algunos países han lanzado programas para motivar que las familias fueran más numerosas a cambio de incentivos financieros y recompensas para las mujeres y sus parejas; con todo, las tasas de fecundidad de esos países no han superado los dos hijos por mujer. Por otra parte, se han producido graves violaciones de los derechos humanos en forma de actuaciones que buscan ralentizar el crecimiento demográfico mediante esterilizaciones forzadas y la anticoncepción por medios coercitivos.
La planificación familiar no puede ser una herramienta para alcanzar las metas de fecundidad, sino un recurso que empodera a todas las personas. Las mujeres deben poder elegir si desean tener hijos y, en caso afirmativo, cuántos y en qué momento de su vida sin tener que sufrir coacción. 

 

Obra de Cecilie Waagner Falkenstrøm, fundadora del estudio “ARTificial Mind”, que está incluida en el reporte sobre el Estado de la Población Mundial 2023.

 

El informe recomienda a los gobiernos que adopten políticas que tengan como pilar fundamental la igualdad de género y los derechos; por ejemplo, programas de licencia parental, deducciones fiscales por cada hijo, políticas que fomenten la igualdad de género en los entornos laborales, y acceso universal a la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Se trata de instrumentos de eficacia probada que generarán dividendos económicos y se traducirán en sociedades resilientes, capaces de prosperar sin importar los cambios demográficos que experimenten.
El informe sobre el Estado de la Población Mundial es la principal publicación del UNFPA. El documento, que desde 1978 se publica todos los años, arroja luz sobre los problemas de reciente aparición en lo tocante a la salud y los derechos sexuales y reproductivos, de modo que los saca a la palestra y analiza las dificultades y oportunidades que ofrecen en lo que respecta al desarrollo internacional. El informe de este año cuenta con las aportaciones de dos asociados de las Naciones Unidas: la Organización Internacional para las Migraciones y la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales.
Como organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva, el UNFPA ayuda a la humanidad a acceder a anticonceptivos y a información y servicios de salud reproductiva vitales; además, empodera a las mujeres y las niñas para que puedan tomar decisiones fundamentadas sobre su cuerpo y su vida.
Según los datos de 68 países que presentan informes al respecto, el 24% de las mujeres y niñas con pareja no puede negarse a mantener relaciones sexuales y el 11% no tiene la posibilidad de tomar decisiones sobre anticonceptivos en particular.
 

Asimismo, una encuesta en ocho países llegó a la conclusión de que las personas que habían estado expuestas a noticias o conversaciones sobre la población mundial eran las más propensas a opinar que la población mundial es demasiado alta.
Las características demográficas del planeta cambian a gran velocidad: Dos tercios de la humanidad residen en contextos de baja fecundidad, mientras la mitad del aumento de la población mundial previsto para 2050 corresponde a solo ocho países (Egipto, Etiopía, Filipinas, la India, Nigeria, el Pakistán, la República Democrática del Congo y la República Unida de Tanzanía), lo que transformará radicalmente la clasificación de los países más poblados del mundo.
Al mismo tiempo, según un estudio reciente de las Naciones Unidas, impulsar la equidad de género en la fuerza de trabajo sería más útil para sustentar las economías de sociedades con poca fecundidad y en proceso de envejecimiento que fijar metas para que las mujeres tengan más hijos.
Por otra parte, achacar la culpa del cambio climático a la fecundidad no obliga a rendir cuentas a quienes emiten más dióxido de carbono. De 8.000 millones de personas, en torno a 5.500 millones no ganan lo suficiente, unos 10 dólares al día, como para incidir de forma notable en las emisiones de dióxido de carbono. 
 

De lo global a lo local

La dinámica demográfica se ha diversificado mucho en los últimos años a nivel regional, nacional e incluso subnacional, donde coexisten países con realidades muy diferentes. La población es de unos 658 millones de personas, con una tasa de crecimiento de 0,67% anuales. Además, 29 de los 50 países de América Latina y el Caribe tienen tasas de fecundidad inferiores a la media regional de 1,85 nacimientos por mujer. Análisis del UNFPA indican que en muchos países las personas tienen menos hijos de los que desean.
 

Obra de Cecilie Waagner Falkenstrøm, fundadora del estudio “ARTificial Mind”, que está incluida en el reporte sobre el Estado de la Población Mundial 2023.

 

Mientras tanto, la población mayor de 65 años está creciendo más rápidamente que la población menor a esa edad. En América Latina y el Caribe se prevé que la proporción de la población en edad de trabajar comience a disminuir a principios de la década de 2040.
A su vez, hay países que tienen altas tasas de embarazo adolescente y otros donde existen muertes maternas prevenibles, sobre todo en poblaciones más vulnerables y pobres.
De acuerdo con el Dr. C. Antonio Aja, Director del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de La Habana, “Cuba presenta como tendencia una transición demográfica con muy bajos niveles de fecundidad, con 44 años por debajo del reemplazo generacional, bajos niveles de mortalidad, alta esperanza de vida, baja mortalidad infantil y un sostenido saldo migratorio internacional negativo”.
En 2021, se evidenció “un significativo aumento del número de defunciones generales, una contracción importante en el número de nacimientos y un aumento significativo de población en el exterior sin ser considerada migrante”.
La población decrecía por cuarto año consecutivo en aquel momento: “se produjo el más bajo número de nacimientos (99 096) y el más alto de defunciones (167 645) de los últimos 60 años”.
Aja ha enfatizado que, frente a este contexto, la fecundidad adolescente se presenta como la “mayor desarticulación de la fecundidad cubana”.
“La entrada de contingentes numerosos con esperanza de vida más larga incide en los sistemas de seguridad y asistencia social. Se presenta una mayor demanda de cuidados de larga duración”.
Además, hubo “una disminución de la población en edad laboral, permanente movilidad interna de la población entre provincias y municipios, así como disminución y envejecimiento de la población en las zonas rurales”.
El especialista ha explicado que hacia 2030 la población cubana continuará decreciendo. El número de personas con sesenta años y más se acercará al 30% del total (cerca de 3.3 millones de personas). Además, habrá una marcada concentración en zonas urbanas y predominarán las familias pequeñas.