Apenas a un año de obtenidos sus resultados definitivos, la Encuesta Nacional de Igualdad de Género (ENIG 2016), publicada en 2018, ha aportado a Cuba un condensado de cifras con impacto ya probado sobre programas y políticas nacionales y fue reconocida este mayo con el Premio Nacional Anual de la Academia de Ciencias de Cuba, correspondiente a 2018.
La ENIG, que ha contado con una amplia y bien visible socialización de sus resultados, alerta sobre avances, retrocesos y temas pendientes en igualdad de género, con base en entrevistas realizadas, en todas las regiones del país, a 19.189 personas de 15 a 74 años, de las cuales 10.698 fueron mujeres.
Realizada por especialistas del Centro de Estudios de la Mujer (CEM), de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), y el Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE) de la ONEI, con apoyo técnico y financiero del UNFPA y otras agencias de las Naciones Unidas, sus portes contribuyeron a la versión final de actual Carta Magna cubana, aprobada en referéndum el pasado 24 de febrero y proclamada el 10 de abril.
Igualmente, ha sido reconocida como fuente de información para la elaboración del primer Informe Nacional Voluntario de Cuba sobre los progresos en la implementación de la Agenda 2030, presentado en el Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, el pasado abril, en Santiago de Chile.
Por si fuera poco, su recorrido también ha sido académico, por lo cual ha sido reconocida este mayo con el Premio Nacional Anual de la Academia de Ciencias de Cuba, correspondiente a 2018, uno de los reconocimientos más relevantes que se otorga a la investigación científica en el país.
La ENIG 2016 indagó acerca de las concepciones y estereotipos sobre las relaciones de género, de pareja y las familias; el uso del tiempo y los cuidados, en especial en el trabajo remunerado y el no remunerado, además de la violencia basada en género.
A juicio de sus autoras, aún queda un largo camino en el aprovechamiento de esos resultados, inéditos en el país. Hasta el momento han sido presentados en la Asamblea Nacional del Poder Popular y el CEM aspira a promoverlos más entre diputadas y diputados en un recorrido por diferentes territorios del país.
En paralelo, varios ministerios se han acercado al CEM en busca de incorporar a su trabajo los hallazgos de la Encuesta, entre los que se cuentan los de Educación, Educación Superior y de la Agricultura, este último, en plena implementación de su estrategia de género para el sector productivo.
Además, en asociación con la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial (PADIT), un proyecto con apoyo internacional para el fortalecimiento de gobiernos locales cubanos implementado desde 2015, que también cuenta cn apoyo del UNFPA, los resultados de la ENIG 2016 serán tenidos en cuenta en las estrategias de desarrollo de 10 municipios del país.
Las universidades, que en el caso cubano cuentan con centros en todos los municipios, también figuran entre los espacios priorizados para compartir los datos. Y, por supuesto, estos se emplean cotidianamente en el trabajo de la FMC, que agrupa a casi cuatro millones de cubanas, y en capacitaciones con los medios de comunicación.
La presentación en talleres, congresos nacionales e internacionales es otra forma de llevar los resultados a decisores, porque ahí participan investigadores pero también funcionarios de diferentes ministerios e instituciones.
Igualmente, a juicio la doctora Mayda Álvarez, directora del CEM, la encuesta es uno de los insumos fundamentales que deben tenerse en cuenta para la elaboración del futuro Código de Familia, según declaró en entrevistas a la prensa.
“Vamos a tener un trabajo importante de creación de conciencia sobre los aspectos de género que queremos impulsar a través de los medios de comunicación y publicaciones, para que se comprenda cómo son las familias cubanas en la actualidad, que no se siga pensando que son solo mamá, papá y nené”, indicó Álvarez a la agencia de noticias IPS. (Dixie Trinquete/UNFPA)