“Mi familia se caracterizó siempre por tener hombres que no eran quienes tomaban las decisiones más importantes, sino que dejaban esta función a las mujeres”, dice Mariela González Noroña.
El diseño familiar donde creció no fue el clásico, integrado “por mamá, papá y nené, donde papá proveía y eso le daba el derecho a guiar y hasta a decidir por el resto. Desde que yo tengo uso de razón, mi madre ha sido la mater familia, conducta que es la reproducción de su experiencia de vida, porque mi abuela, mientras vivió, lo fue”.
Mariela asumió ese rol, según cuenta, desde que comenzó su vida laboral.
Ahora es “madre de una niña que tiene dos madres” y no ha sentido rechazo alguno, salvo en el caso “de la madre de mi pareja que quiere que su nieta tenga un padre”.
Su hija tiene un desarrollo social acorde con su edad y nunca ha sido mal mirada ni despreciada por nadie en ninguno de los medios donde se ha desenvuelto. “Más bien, ha sido líder”.
Mariela compartió su historia en el Panel “Familias diversas: historias de vidas no hegemónicas” que organizó el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) como parte de 14ta. edición de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia que, bajo el lema “Reescribe la felicidad”, busca defender todos los derechos para todas las personas.
Antes de la celebración del panel, el Cenesex compartió la siguiente información: “la ciencia avala que las madres y padres en familias homoafectivas tienen la misma capacidad que las heterosexuales para ejercer autoridad, educar en los valores socialmente avalados, entregar amor a sus hijas e hijos y lograr la seguridad necesaria para su desarrollo, por lo que resultan igualmente competentes”.
Las vivencias de Mariela confirman esta aseveración: “Yo creo que cuando educas a tu hijo, en un ambiente de tranquilidad, de seguridad en tus actos, de confianza en las decisiones que tomas, de certeza en que estamos siendo las mejores personas que podemos ser, los hijos toman, con la naturalidad que tiene, el hecho de que su familia no sea hegemónica”.
Mariela González Noroña considera que las madres y padres que han formado familias no hegemónicas deben estar convencidos de que su familia merece el mismo respeto que el resto de las familias “porque cuenta con el elemento imprescindible que debe prevalecer en cualquier modelo familiar, que es el amor entre sus integrantes, tengan o no un vínculo consanguíneo”. (Foto: Cortesía del Cenesex)
Las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia se realizan desde 2008 con el propósito de contribuir al reconocimiento y garantía de los derechos sexuales de todas las personas sin distinción, como ejercicio de equidad y justicia social, y al desarrollo de la educación integral de la sexualidad (EIS) de toda la sociedad cubana.
La iniciativa incluye conversatorios, foro debates, presentaciones de libros, paneles y la Gala Cubana contra la Homofobia y la Transfobia. Todas estas actividades buscan sensibilizar a la población cubana en el reconocimiento y respeto a los derechos de las personas con orientaciones sexuales e identidades de género que no se corresponden con la heteronormatividad; promover las condiciones que permitan el ejercicio pleno de los derechos sexuales; visibilizar, combatir y superar toda forma de discriminación y violencia por motivos de género, en especial, aquellas asociadas a la orientación sexual o identidad de género en los diferentes escenarios de la vida social.
El UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, ha apoyado tradicionalmente la realización de estas Jornadas. En el caso de la actual edición, que tiene la particularidad de llevarse a cabo de manera completamente virtual, el UNFPA ha contribuido a que las actividades puedan celebrarse por esta vía y alcancen a cientos de personas.
Un hijo, un padre, una madre y dos padrastros
Francisco Rodríguez Cruz, Paquito, tuvo un proceso de construcción de su orientación sexual que llevó tiempo y “en ese tiempo, pasaron cosas como que me casé con una mujer y tuve mi hijo”.
A pesar de las contradicciones, Paquito se siente afortunado por la familia que “hemos estado construyendo en colectivo mi pareja, mi hijo, la madre de mi hijo, el padre de los hermanos de mi hijo, los hermanos de mi hijo… Con mucha comunicación, diálogo, honestidad y premeditación de la buena, hemos ido construyendo nexos familiares sólidos”.
Él recuerda con mucha ternura el momento en que su hijo comprendió que tenía dos padrastros. “Los niños y las niñas, incluso los adolescentes, naturalizan muy rápido esta situación de diversidad familiar cuando hay cariño, cuando hay afecto, cuando hay comunicación”.
“En estos momentos, después de 14 años de Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia, pero también de un trabajo sistemático de educación, de persuasión, de dar información a la población, ya las nuevas generaciones lo viven de una manera más sencilla”.
Francisco Rodríguez Cruz (en el centro de la foto) piensa que “si algo ha evolucionado en el tiempo ha sido esa comprensión de la diversidad de tipos de familia”. (Foto: Cortesía del Cenesex)
De acuerdo con el Comité Organizador, “la presente edición del evento se inserta en un escenario político particular a partir de la promulgación, en 2019, del nuevo texto constitucional, que en su articulado reconoce de manera explícita los derechos sexuales y reproductivos. Nuestra Constitución blinda la protección de los derechos de las personas LGBTIQ+ con la regulación del principio de igualdad y no discriminación y la inserción de la orientación sexual y la identidad de género como una de las causales de discriminación proscrita por la ley. Unido a lo anterior, es inminente la modificación del vigente Código de Familia, norma jurídica en la que se desarrollarán varios de los derechos consagrados constitucionalmente, por lo que sensibilizar y educar a la población cubana es un imperativo social alineado con las voluntades políticas del país”.
El UNFPA ha apoyado la labor de instituciones nacionales y organizaciones de la sociedad civil en el actual contexto legislativo que vive el país. De esta manera, contribuye con el trabajo de la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC) en el proceso de actualización del Código de las Familias, a través del desarrollo de reuniones técnicas, la capacitación de juristas y tomadores de decisiones y el intercambio de estos actores con expertas y expertos internacionales. Además, acompañó al Cenesex en el diseño de la propuesta de Política de Educación Integral de la Sexualidad y Derechos Sexuales, la cual está en proceso de análisis para ser presentada ante el Consejo de Ministros.
Respecto a la actualización de los marcos legales nacionales, la directora del Cenesex, Mariela Castro Espín, dijo durante la conferencia de prensa que antecedió a la 14ta. edición de las Jornadas que “no es suficiente con la Constitución, ni con la agenda legislativa que se deriva de ella porque hay un componente educativo fundamental”. La directiva insistió en que “debemos trabajar también en la creación de conciencias, en la transformación de los conocimientos de modo que no sigan atravesados por diversos prejuicios en torno a la orientación sexual, los diferentes tipos de familia, entre otros”.
En esto coincide Paquito, para quien aún existen en la sociedad prejuicios y rechazos con respecto a la diversidad de orientaciones sexuales, identidades de género y la construcción de otros modelos de familias. Por eso, subraya que, ante la discusión de un nuevo Código de las Familias, es necesario que se conozca mucho más al respecto.
“Y yo pienso que ese es quizás el principal reto que nos queda hacia los próximos meses, cuando empecemos a discutir públicamente esta ley, porque también saldrán detractores muy fuertes, modelos patriarcales sobre una base ideológica muy retrógrada que todavía convive con nosotros y habrá que combatir esto en el sentido mejor de la palabra con amor, con apertura, con visibilidad, con mostrar la realidad: que la mejor familia es la que más se quiere y no la que se forma a partir de una fórmula predeterminada”.
En esa labor de creación de conciencias y transformación de los conocimientos a la que se refieren ambos, el UNFPA, de conjunto con el Reino de los Países Bajos, ha acompañado al Cenesex en la gestión del conocimiento y la formación de recursos humanos en salud y derechos sexuales y reproductivos, y EIS, como herramienta para la transformación social y el empoderamiento de las poblaciones LGBTIQ+.
Esto ha permitido colocar en la agenda pública temas clave como la discriminación por razones de orientación sexual e identidades de género, la prevención de la violencia de género, homofóbica y transfóbica en espacios escolares y la integración social de las personas trans, con el objetivo de incidir en la formulación de políticas públicas. En torno a estos temas clave, se han establecido alianzas y desarrollado acciones con Organismos Centrales del Estado e instituciones gubernamentales y no gubernamentales de carácter nacional.
Quedarse con los afectos
De pequeños, Verde Gil y su hermana realizaban viñetas, a modo de cómics, sobre sus vidas. Cuando Verde le explicó a su hermana que era una persona trans, ella recreó el personaje de Verde en versión masculina. Así le hizo ver que lo amaba, lo comprendía, lo aceptaba y asumía su identidad de género.
Él tiene 22 años y una familia que lo ha apoyado en todo momento.
Una vez que comenzó a salirle la barba, su padre le ofreció “esa charla introductoria de cómo se usan las cuchillas, de cómo debía rasurarme para no cortarme”. Su madre, que antes le acompañaba a comprar ropa y le trasmitía sus criterios sobre moda, estética y femineidad, ahora adquiere para él piezas que lo hacen sentir a gusto consigo mismo. Según dice, estas “son experiencias que yo durante mi pubertad no había tenido y que empiezan a llenar vacíos simbólicos, a recalcar esta aceptación por parte de la familia”.
Las personas adolescentes que construyen sexualidades e identidades de género no hegemónicas tienen necesidades que deben ser atendidas apropiadamente. De ahí que, durante la presente edición de estas Jornadas, el UNFPA apoyó y participó en un entrenamiento a especialistas que trabajan en la actualización del Programa Nacional para la Atención de la Salud Integral de la Adolescencia, acerca de las necesidades en salud de adolescentes que construyen sexualidades e identidades de género no hegemónicas. Alrededor de 20 especialistas del MINSAP, del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana y de la UNJC fueron entrenados para la inclusión de estos temas de manera explícita en la nueva propuesta de Programa.
Para Verde, la familia “es el espacio donde las personas encontramos apoyo y reconocimiento. Yo sabía que si tenía conquistado mi hogar como un lugar donde se me respetase, donde poder exteriorizar mis problemas y mis dudas, iba a encontrar fuerza para enfrentar otros dilemas que socialmente se me podían presentar”.
Verde agradece especialmente al Cenesex por todo el acompañamiento, información y educación que ha proporcionado esta institución a las redes de apoyo de la comunidad LGBTIQ+ en Cuba. (Foto: Cortesía del Cenesex)
“Cuando se habla de familias no hegemónicas, yo creo que se refiere a las familias que desechan lo que se vuelve insustancial en las relaciones humanas y se quedan con todos esos afectos, con todas esas maneras de interactuar en común para crear cosas bonitas juntos, para tener una vida pacífica, para darse apoyo y desechan toda esta otra parte marcada en moldes que no se adaptan a la realidad, a la diversidad del ser humano”.
Una de las áreas de trabajo relevantes para el empoderamiento de las poblaciones LGBTIQ+ y la promoción de los derechos de las familias con un diseño no hegemónico es la generación de datos desagregados a nivel nacional y territorial. En este sentido, el UNFPA acompaña el diálogo entre el Cenesex y la ONEI sobre la importancia de la generación de datos sobre la población LGBTIQ+ para la toma de decisiones políticas basadas en evidencia científica.
Cuando Verde inició su proceso de hormonación, tuvo conversaciones con su mamá y su papá en las que se preocuparon por su salud y por las muestras de discriminación que podría sufrir por parte de grupos sociales que “quizás no iban a entender lo que es la transexualidad”. Pero él ha comprobado que, “si una persona establece vínculos e interacciones sociales basadas en el respeto, en valores, en cosas en común, afinidades, no va a encontrar dificultades para integrarse en la sociedad; al menos, no tantas como muchas veces se predisponen las familias a pensar”.
Pero no todas las personas trans han tenido experiencias positivas como él. De hecho, Verde tiene amistades trans que no cuentan con el acompañamiento de sus familias y necesitan volcarse mucho más en otras redes de apoyo. Por esta razón, la agencia acompaña al Cenesex en la actualización e implementación de la Estrategia de Integración Social de las personas trans en Cuba y prepara, de conjunto con el centro, un programa de capacitación dirigido a personal docente para trabajar y atender las necesidades de las personas trans en el Programa Nacional de Educación Integral de la Sexualidad.
Igualmente, ha apoyado al centro en el desarrollo de investigaciones; entre ellas, el estudio exploratorio retrospectivo sobre violencia homofóbica y transfóbica en la trayectoria escolar de activistas cubanos LGBTIQ+.
Como parte de la respuesta a la COVID-19, de conjunto con el Cenesex, las redes comunitarias HSH, TransCuba y Cuba+, y Prosalud, el UNFPA ha mapeado las necesidades y las estrategias de protección de las personas que viven con VIH (PVV) y poblaciones clave como hombres que tienen sexo con otros hombres y personas trans. A partir de este trabajo, se elaboraron y diseminaron materiales educativos para la protección de su salud y la promoción de sus derechos, los cuales que alcanzaron a 28 971 personas; de ellas, 14 000 PVV y 1 500 transexuales femeninas de todo el país.
Esperanza para las familias homoafectivas
Hope es su nombre. La traducción al español es Esperanza. Ella es estadounidense radicada en Cuba y, junto a Dachelys, protagoniza una historia inspiradora y poderosa. Juntas tuvieron un bebé, Paulo, cuyo certificado de nacimiento avaló la doble maternidad por primera vez en Cuba.
Dachelys considera que una familia es un espacio “de cuidado, de amor, de respeto a la diferencia, de ayuda, de apoyo constante. Y debe ser construida desde la voluntad, desde el tener un proyecto de vida duradero construido en conjunto”.
Dice Dachelys (a la izquierda de la foto) que las redes de apoyo “para familias como la nuestra, que tienen ese margen de vulnerabilidad por el tema de la orientación sexual, son fundamentales”.
Ellas no se consideran “tan transgresoras o diferentes”, apunta Hope, pues, aunque son una pareja de dos mujeres, son dos mujeres cis-género que no rompen “con supuestos patrones de género”, con “lo que se espera que puede ser construido como femenino”, precisa Dachelys.
“A pesar de eso, hemos tenido que enfrentar muchos obstáculos para tener los mismos derechos de otras familias y para que nuestro hijo tenga los mismos derechos que cualquier otro niño en cualquier otra familia”, señala Hope.
Sin embargo, reconocen que contar su historia “desde el ser cis-género implica reconocer que tenemos un privilegio”, dice Dachelys. Cree que esto ha jugado a su favor, incluso cuando su historia no es la típica.
“Las personas que tienen una construcción de género que se sale de esos patrones pasan, además, por otra serie de luchas y desafíos que son más grandes que los que tendríamos nosotras por entrar en ese patrón”. Por eso, ellas hacen un llamado “al respeto a la expresión de la identidad de género” y las diversidades de orientaciones sexuales.
Cuando Cuba debata la propuesta del nuevo Código de las Familias, muchas personas como Mariela, Paquito, Verde, Hope y Dachelys esperarán con ansias una victoria en la batalla por la conquista de todos los derechos para todas las personas.