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El taller “Rescate de experiencias vinculadas con la atención a la salud materna en el contexto de la COVID-19 (a dos años de iniciada la epidemia)” fue celebrado recientemente en La Habana.  
Durante el encuentro, especialistas que atendieron a pacientes obstétricas graves durante la pandemia por COVID-19 trabajaron en subgrupos para sistematizar las experiencias de los años 2020 y 2021.
Una de las principales acciones desarrolladas en esa etapa fue la reorganización de la atención en todos los niveles de atención, lo que en el nivel primario incluyó a los consultorios médicos, a los policlínicos, y a la red de hogares maternos. La actividad desarrollada en este nivel permitió pesquisar, evaluar y derivar a las pacientes infectadas de manera oportuna para evitar la evolución a estados graves y críticos de la enfermedad.
En el caso del nivel de atención secundaria, se intercambió sobre la actualización e implementación de los protocolos de actuación, los cuales fueron adaptándose de manera vertiginosa, tal cual se comportaba la situación epidemiológica de cada momento. Esto constituyó un reto por sí mismo. En los hospitales, además, se capacitaron todos los profesionales de la salud que iban a enfrentar la pandemia.
En el evento se compartieron también las lecciones aprendidas a partir de las experiencias acumuladas mediante la práctica profesional vinculada al manejo de casos graves, en servicios ubicados en hospitales de La Habana, Cienfuegos y Matanzas.
A partir de la circulación de la variante Delta, la cual impuso desafíos en el comportamiento clínico-epidemiológico de la enfermedad (en específico, en las gestantes), varios hospitales que no atendían embarazadas comenzaron a hacerlo y se introdujo la vigilancia intensiva obstétrica para evitar que las pacientes llegaran a un cuadro clínico que requiriera su ingreso en una unidad de terapia intensiva.
El punto de giro que todas las personas presentes destacaron como crucial fue el comienzo de la vacunación a embarazadas y puérperas, en el segundo semestre de 2021, lo cual vinculan al hecho de que no falleciera ninguna gestante por COVID-19 después de octubre de 2021.
La Dra. Alma Virginia Camacho, Asesora Regional de Salud Sexual y Reproductiva del UNFPA para América Latina y el Caribe, compartió datos, desafíos, lecciones aprendidas y buenas prácticas a partir de acciones implementadas en la región como parte de la atención a la SSR, con énfasis en la salud materna en el contexto de la COVID-19.

 

Dra. Alma Virginia Camacho, Asesora Regional de Salud Sexual y Reproductiva del UNFPA para América Latina y el Caribe

 

Desde Colombia, la Dra. Sandra Vélez, Directora del Grupo Nacer de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, explicó las estrategias de Colombia en el abordaje de desafíos vinculados a la salud materna durante la pandemia.
Como parte del debate, se analizaron las vías a seguir para recuperar los avances alcanzados antes del inicio de la pandemia y acelerar los esfuerzos para poner fin a las muertes maternas evitables, así como a las necesidades insatisfechas de planificación familiar. La Dra. Camacho instó a seguir estrategias y realizar intervenciones que aceleren el progreso para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como a continuar avanzando en la implementación de los cuidados maternos respetuosos.
El personal de salud presente identificó los principales desafíos relacionados con la atención a la salud materna hoy en Cuba. Las y los especialistas coincidieron en la importancia de la promoción del autocuidado y la educación en salud ya que, a pesar de que se garantizan todos los controles prenatales, muchas veces las embarazadas con comorbilidades no llegan a tiempo a los servicios de salud y eso aumenta el riesgo de desarrollar complicaciones.

 

El personal de salud presente identificó los principales desafíos relacionados con la atención a la salud materna.

 

También señalaron que, debido al impacto global de la pandemia y a las medidas restrictivas del gobierno de los Estados Unidos, existe en el país un déficit de insumos (incluidos los anticonceptivos) que afecta la atención a las mujeres en edad reproductiva y, en particular, a las embarazadas y puérperas.
El Dr. Danilo Nápoles Méndez, Jefe del Grupo Nacional de Ginecología y Obstetricia del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), apuntó la importancia de prestar especial atención al seguimiento de las embarazadas y puérperas afectadas por la COVID-19 en Cuba por las complicaciones, los efectos metabólicos y las secuelas que puedan aparecer.
 

Dr. Danilo Nápoles Méndez, Jefe del Grupo Nacional de Ginecología y Obstetricia del Ministerio de Salud Pública (MINSAP)

 

Nápoles también destacó como fundamental el rol de la enfermería en el cuidado personalizado de las pacientes obstétricas. En ese sentido, informó sobre la existencia de cursos de capacitación de posgrado para personal de enfermería con especialización en atención al parto. Esta es una de las intervenciones que realiza el país para garantizar una atención de calidad a embarazadas y puérperas.
La Dra. Camacho valoró el encuentro como una excelente oportunidad de aprendizaje, no solo en cuanto a las cuestiones clínicas sino también en cuanto a la organización y la gestión de la respuesta a la COVID-19. Además, enfatizó en la necesidad de prepararnos para futuros eventos similares.
Marisol Alfonso de Armas, Representante Auxiliar del UNFPA en Cuba, agradeció la oportunidad de acompañar al país en un tema tan prioritario como este y el hecho de que hayan surgido ideas que trazan caminos para trabajar en la salud materna como parte central de la recuperación pos COVID-19. Además, reiteró el compromiso del UNFPA con la búsqueda de recursos para apoyar al país en la atención de calidad a la salud de las embarazadas y la prevención de las muertes maternas
Este compromiso está en línea con los acuerdos alcanzados en la Cumbre de Nairobi sobre la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (CIPD), celebrada del 12 al 14 de noviembre de 2019 en Kenia. Uno de los objetivos que los 173 países presentes se propusieron alcanzar es llegar a “cero muertes y morbilidades maternas evitables, al integrar en las estrategias, políticas y programas nacionales de cobertura universal de salud, entre otros aspectos, un paquete integral de intervenciones en materia de salud sexual y reproductiva, incluidos el acceso a abortos sin riesgo dentro de los límites de la ley, medidas para prevenir y evitar abortos en condiciones de riesgo, así como la atención posaborto, y para proteger y garantizar el derecho de todas las personas a la integridad y la autonomía corporal y los derechos reproductivos, además de proporcionar acceso a servicios esenciales en apoyo a estos derechos”.