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En América Latina y el Caribe, casi 200.000 mujeres han muerto durante las últimas dos décadas por causas relacionadas con el embarazo, parto y puerperio, de acuerdo con el Dr. Jarbas Barbosa, Director de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
Barbosa especifica que, en 2020, murieron 9.200 personas gestantes; pero esta cifra fue 5 veces mayor en 2021, cuando el impacto de la pandemia por COVID-19 fue más severo en la región. La pandemia provocó un retroceso de 20 años en los indicadores de salud materna de los países latinoamericanos y caribeños.
El Director de la OPS/OMS instó a trabajar para el logro de la Agenda 2030, durante el lanzamiento de la campaña “Cero Muertes Maternas. Evitar lo evitable”. Una de las metas de dicha agenda global es reducir la razón de mortalidad materna a nivel mundial por debajo de 70 por cada 100.000 nacidos vivos.

 

El Dr. Jarbas Barbosa, Director de la OPS/OMS, durante el lanzamiento de la campaña “Cero Muertes Maternas”.

 

La campaña “Cero Muertes Maternas. Evitar lo evitable”, iniciativa del Grupo de Trabajo Regional para la Reducción de la Mortalidad Materna (GTR), busca el compromiso de los países con la adopción de medidas para la reducción de la mortalidad materna.
Cerca de 8.000 mujeres mueren cada año por complicaciones en el embarazo, parto y puerperio. La evidencia indica que 9 de cada 10 muertes maternas se podrían evitar aplicando las medidas y recomendaciones que han demostrado ser efectivas: cuidados maternos de calidad, acceso universal a los métodos anticonceptivos y lucha contra las desigualdades en el acceso a la salud.
 

La declaración

Como parte del evento, Susana Sottoli, Directora Regional de América Latina y el Caribe del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, dio a conocer la “Declaración conjunta a favor de la reducción de la morbilidad y la mortalidad materna” del GTR.
“A pesar del carácter evitable de estas muertes, la mortalidad materna sigue aumentando en toda la región debido a importantes problemas sistémicos, como el acceso limitado a los establecimientos de salud y al trato materno respetuoso, la escasez de personal calificado, que incluye parteras profesionales, la falta de opciones seguras de atención a la salud reproductiva y de establecimientos capaces de prestar cuidados obstétricos de calidad, especialmente en las zonas rurales y aisladas”, apuntó Sottoli.
“La mortalidad materna es un grave problema de salud pública y un tema de inequidad que vulnera el derecho de cada mujer a la salud y a la vida. La muerte materna tiene enormes implicaciones de salud y económicas a nivel familiar y de la comunidad, habida cuenta del importante papel que las mujeres tienen en la vida familiar y en el desarrollo social y económico en la región. Toda mujer tiene derecho a acceder a una atención materna basada en evidencias para no morir por causas evitables”.
 

Susana Sottoli, Directora Regional de América Latina y el Caribe del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas.

 

La declaración hace un llamado a la acción para acelerar la reducción de la mortalidad materna. Con este fin, el GTR se compromete a promover y acompañar las orientaciones estratégicas acordadas en el Consenso Estratégico Interagencial para la Reducción de la Morbi-mortalidad Materna 2020-2030, a nivel de las políticas públicas, los sistemas de salud y los sistemas de información y vigilancia.

 

Firma de la “Declaración conjunta a favor de la reducción de la morbilidad y la mortalidad materna” del GTR.

 

“Las organizaciones del GTR hacemos un llamado al compromiso político y financiero de los gobiernos para que prioricen la salud materna en sus agendas; a la aportación de recursos económicos de donantes; a la facilitación de asistencia técnica y recursos por los organismos nacionales e internacionales; al apoyo positivo de los medios de comunicación para hacer frente a este problema crítico; la sociedad civil y a todos los actores para que se comprometan de forma significativa con esa visión”.
“Sin este esfuerzo conjunto, no se lograrán los avances hacia la erradicación de las muertes maternas evitables, lo que amenaza y posterga derechos humanos fundamentales de las mujeres, como lo son el derecho a la vida y el derecho a la salud”, expresó la Directora Regional del UNFPA.
 

Para que nadie quede atrás

Entre los factores que determinan la mortalidad materna están las desigualdades asociadas al nivel socioeconómico, el género, la etnia, el color de la piel, el nivel educativo, la orientación sexual, el lugar de residencia, la condición de discapacidad, la migración y la edad.
Al respecto, la doctora en formación de República Dominicana Nayeline Medina, activista e integrante de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, hizo énfasis en “la importancia del enfoque interseccional a la hora de afrontar esta problemática”.
Medina abordó la morbilidad y la mortalidad materna como un problema social y político. Este constituye una de las principales barreras para alcanzar la igualdad de género y la equidad en salud.
La discriminación sistémica que se manifiesta como pobreza, falta de educación y de acceso a servicios de atención médica oportuna, además de otros marcadores de desigualdad, genera disparidad entre grupos específicos de mujeres y entre las diferentes condiciones en las que ellas se encuentran para tener experiencias positivas dentro de los sistemas de salud, explicó.
 

Nayeline Medina, activista e integrante de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora.

 

“La mortalidad materna es desproporcionalmente alta en mujeres con bajos niveles de escolaridad, de zonas rurales, con discapacidad, disidentes sexuales; especialmente, en los territorios del sur global, los cuales están constituidos, en gran parte, por mujeres racializadas y empobrecidas, como es el caso de las afrodescendientes e indígenas.”
“Tampoco puedo dejar de mencionar a las niñas y adolescentes que han cursado o cursan embarazos de alto riesgo; entendiendo a la región de América Latina y el Caribe como la segunda con la tasa más alta de embarazo adolescente en el mundo. Además, la mortalidad materna constituye una de las principales causas de muerte en adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años de edad”, subrayó.
Para acelerar la reducción de la morbi-mortalidad materna es necesario, de acuerdo con las personas participantes en el lanzamiento de la campaña, que los países adopten prácticas basadas en la evidencia y, para implementarlas y mantenerlas, desarrollen sus capacidades nacionales tomando siempre en cuenta a las poblaciones más vulnerables y los contextos locales.
Algunas pautas para la acción delinearon Lida Sosa Arguello, Viceministra de Rectoría y Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay; Frank Anthony, Ministro de Salud de Guyana, y José Manuel Matheu, Secretario de Salud de Honduras.

                                                                                                                             

Lida Sosa Arguello, Viceministra de Rectoría y Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay.

 

Entre las iniciativas que han contribuido a disminuir los indicadores de mortalidad materna en estos países, están el aumento de los presupuestos destinados a la salud (en particular, la salud materna), la formación especializada de profesionales de la salud, la adopción de la perspectiva de género en la gestión gubernamental y del sistema de salud, el fortalecimiento de la infraestructura sanitaria, el posicionamiento de la morbi-mortalidad materna como una prioridad en las agendas política y mediática, el involucramiento de todos los sectores del Estado para lograr un abordaje integral e intersectorial, los esfuerzos para la eliminación de la violencia basada en género y la violencia obstétrica, entre otras.
El lanzamiento de esta campaña constituyó un espacio para abogar por estrategias que, partiendo de evidencias, mejoren el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad; por procesos de formación para profesionales de la salud y personas que recolectan datos y generan evidencias; por investigaciones que permitan conocer mejor la situación de salud de grupos específicos, orientar la toma de decisiones y la distribución de recursos; por información sobre salud sexual y reproductiva apropiada y oportuna al alcance de las mujeres; por la disponibilidad de métodos anticonceptivos efectivos y servicios de interrupción segura del embarazo; y por una rendición de cuentas sistemática y transparente.  
La campaña “Cero Muertes Maternas. Evitar lo evitable” se propone sensibilizar a diversas audiencias para contribuir a la erradicación de las muertes maternas evitables en la región y se extenderá hasta el 28 de mayo. En ese tiempo, se compartirán mensajes en las redes sociales y se desarrollarán acciones específicas en algunos países priorizados.
“Es inaceptable que tantas mujeres sigan muriendo innecesariamente durante el embarazo y el parto. Más de 280.000 defunciones en un solo año es inadmisible”, ha subrayado la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA.