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Para dar continuidad a la iniciativa que promueve la introducción del condón femenino en los servicios de salud sexual y reproductiva, coordinada por PROSALUD y el CENESEX y con el acompañamiento de las oficinas del UNFPA a nivel regional y de país, al cierre de 2016, se realizaron dos actividades clave.
Un primer día de trabajo abarcó sesiones de intercambios con grupos de mujeres y una segunda jornada se dedicó a la capacitación de personas que proveen servicios y de promotores y promotoras de salud, con el fin de dar inicio en 2017 a una nueva fase.
Estas acciones se insertan en una nueva etapa de trabajo, también coordinada por la Unidad de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades del Ministerio de Salud Pública (PROSALUD) y el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) que incluye la profundización de la investigación acerca del uso y aceptación el condón femenino; y también un pilotaje de la prestación del servicio en municipios de la capital.

Una de las propuestas nacidas durante la fase previa de la investigación es utilizar la misma estrategia de mercadeo que se emplea actualmente con el condón masculino en el territorio nacional, aseveró el doctor Rafael Pérez de la Iglesia, coordinador nacional de la línea de condones de PROSALUD.
Pérez de la Iglesia detalló que la perspectiva comunitaria define la manera de vender condones en Cuba y confirmó el apoyo estatal para la introducción de una estrategia nacional de comercialización de condones femeninos.
Durante la primera jornada de trabajo se desarrolló un grupo focal integrado por mujeres que viven con VIH que han recibido capacitación y hoy se desempeñan como promotoras de salud. En el debate emergieron elementos que confirman los desafíos que tiene Cuba en materia de salud sexual y reproductiva, vinculados a la permanencia de estereotipos sexistas al interior de los hogares.
Así, las participantes coincidieron en que a menudo las mujeres no se atienden debidamente su salud porque suelen ser “el horcón de sus casas” y temen que se les detecte alguna enfermedad grave como el cáncer.
En el caso particular de las mujeres que viven con VIH, la mayoría opina que sus prácticas sexuales son protegidas y “quisieran poder tener a la mano el condón femenino, pero saben que aún no está a la venta”.
Muchas de las mujeres que han participado de la investigación coinciden en que el condón femenino “les da independencia y seguridad, aunque otras opinan que “es feo, suena, y quisieran tener más lubricantes”.
En general la investigación apunta a que la introducción del condón femenino en el país tiene muchas potencialidades, pero debe ir acompañada de una buena estrategia de mercadeo y de capacitación de los prestadores de servicios en el sector de la salud y también en todos los escenarios donde finalmente se comercialicen estos condones.  

Para dar continuidad a la iniciativa que promueve la introducción del condón femenino en los servicios de salud sexual y reproductiva, coordinada por PROSALUD y el CENESEX y con el acompañamiento de las oficinas del UNFPA a nivel regional y de país, al cierre de 2016, se realizaron dos actividades clave.
Un primer día de trabajo abarcó sesiones de intercambios con grupos de mujeres y una segunda jornada se dedicó a la capacitación de personas que proveen servicios y de promotores y promotoras de salud, con el fin de dar inicio en 2017 a una nueva fase.
Estas acciones se insertan en una nueva etapa de trabajo, también coordinada por la Unidad de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades del Ministerio de Salud Pública (PROSALUD) y el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) que incluye la profundización de la investigación acerca del uso y aceptación el condón femenino; y también un pilotaje de la prestación del servicio en municipios de la capital.

 

Una de las propuestas nacidas durante la fase previa de la investigación es utilizar la misma estrategia de mercadeo que se emplea actualmente con el condón masculino en el territorio nacional, aseveró el doctor Rafael Pérez de la Iglesia, coordinador nacional de la línea de condones de PROSALUD.
Pérez de la Iglesia detalló que la perspectiva comunitaria define la manera de vender condones en Cuba y confirmó el apoyo estatal para la introducción de una estrategia nacional de comercialización de condones femeninos.
Durante la primera jornada de trabajo se desarrolló un grupo focal integrado por mujeres que viven con VIH que han recibido capacitación y hoy se desempeñan como promotoras de salud. En el debate emergieron elementos que confirman los desafíos que tiene Cuba en materia de salud sexual y reproductiva, vinculados a la permanencia de estereotipos sexistas al interior de los hogares.
Así, las participantes coincidieron en que a menudo las mujeres no se atienden debidamente su salud porque suelen ser “el horcón de sus casas” y temen que se les detecte alguna enfermedad grave como el cáncer.
En el caso particular de las mujeres que viven con VIH, la mayoría opina que sus prácticas sexuales son protegidas y “quisieran poder tener a la mano el condón femenino, pero saben que aún no está a la venta”.
Muchas de las mujeres que han participado de la investigación coinciden en que el condón femenino “les da independencia y seguridad, aunque otras opinan que “es feo, suena, y quisieran tener más lubricantes”.
En general la investigación apunta a que la introducción del condón femenino en el país tiene muchas potencialidades, pero debe ir acompañada de una buena estrategia de mercadeo y de capacitación de los prestadores de servicios en el sector de la salud y también en todos los escenarios donde finalmente se comercialicen estos condones.