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La diputada y sexóloga Mariela Castro Espín comparte aquí experiencias de Cuba en el empoderamiento ju­venil y el ac­ceso a los derechos sexuales y re­productivos, durante un foro sobre po­blación y desarrollo que entra hoy en su tercera jornada.

Castro Espín participa junto a otros delegados de la Isla en el 48 periodo de sesiones de la Comisión de Población y Desarrollo de Nacio­nes Unidas, reunión de cinco días enmarcada en las negociaciones intergubernamentales para establecer —en septiembre próximo— la agenda de desarrollo sostenible 2015-2030.

El lunes, la directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cu­ba intervino en un evento colateral dedicado a los jóvenes y su papel en el progreso de la humanidad, en el cual defendió la voluntad política de los Estados como la clave para el pleno disfrute de los derechos de las personas y su protagonismo en la sociedad.

El encuentro organizado por Fran­cia, la Mayor de las Antillas y la entidad radicada en Nueva York, Women Deliver, permitió abordar experiencias de los países e intercambiar criterios, preocupaciones y metas, destacó en declaraciones a Prensa Latina.

De acuerdo con la también integrante del Grupo de Trabajo de Alto Nivel para la Conferencia Interna­cional sobre Población y Desarrollo, el debate incluyó el actual contexto de gestiones de cara a la agenda pos-2015, que dará continuidad a los objetivos del milenio fijados hace 15 años para reducir la pobreza, las desigualdades y la exclusión.

“Planteamos nuestras insatisfacciones, porque hay metas incumplidas, que no se retoman en el nuevo marco, así como las preocupaciones por la no introducción de temas de población en los objetivos”, precisó.

Según expertos, el plazo de cumplimiento de las metas del milenio vencerá este año con un largo trecho por recorrer en la disminución de las muertes maternas y el acceso universal a la salud reproductiva, sin ignorar las cientos de millones de personas que siguen sumidas en la pobreza y el hambre, y los miles de niños que mue­ren a diario de causas prevenibles.

Para Castro Espín, semejante escenario deber ser atendido por la comunidad internacional, a partir del seguimiento e impulso a las estrategias trazadas en el pasado.

Queda mucho por hacer en función de los resultados previstos en los objetivos del milenio o en la Confe­rencia de Población y De­sarrollo de El Cairo (1994), subrayó.

La parlamentaria insistió en la importancia de la voluntad política gubernamental en la aspiración de colocar al ser humano en el centro del progreso.

Cuba lo demuestra, pese al bloqueo económico, comercial y financiero estadounidense, impuesto por más de medio siglo, y las dificultades económicas, afirmó.

En ese sentido, recordó la participación de los jóvenes en la sociedad, el empoderamiento de la mu­jer, los notables avances en el acceso a los derechos sexuales y reproductivos, y la presencia de indicadores sociales solo comparables a los del llamado primer mundo, en­tre ellos la mortalidad infantil y la esperanza de vida al nacer.

También llamó la atención sobre el valor de la educación y el traslado de informaciones y experiencias a las nuevas generaciones, en aras de que tengan argumentos para la toma de decisiones.

Se trata de dotarlas de la capacidad y las herramientas para participar, no de imponerles conceptos y visiones, “el conocimiento, da libertad”, dijo.

Al respecto, mencionó el programa de educación y salud sexual vi­gente en el país caribeño para los di­ver­sos niveles de enseñanza.