DALIA ACOSTA/NACIONES UNIDAS EN CUBA /
07.09.2016
LA HABANA.- Memorias, sentimientos, reflexiones y proyecciones a futuro de un grupo de mujeres que integraron en 1995 la delegación cubana a la IV Conferencia Internacional de la Mujer de las Naciones Unidas en Beijing, confluyeron en un encuentro informal realizado el 25 de agosto en la sede de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
“Ha sido un encuentro histórico. Recordar es importante por todo lo que el pasado puede aportar para enfrentarse al futuro”, afirmó Myrta Kaulard, Coordinadora Residente del Sistema de las Naciones Unidas, tras destacar el liderazgo de Cuba en los foros regionales y mundiales en la promoción de los derechos de las mujeres.
En ocasión de la celebración mensual del Día Naranja por la no violencia de género y de 56 aniversario de la FMC, el Sistema de las Naciones Unidas entregó a la organización femenina cubana la copia en video de la intervención de su presidenta, Vilma Espín Guillois, el 8 de septiembre de 1995 ante el pleno de la Conferencia de Beijing.
El rescate del video, que no estaba disponible en los archivos nacionales, fue gestionado por la Oficina de la Coordinadora Residente ante la Biblioteca de las Naciones Unidas en Nueva York y traspasado a los formatos digitales contemporáneos para su entrega a instituciones y organizaciones nacionales, así como al Instituto Cubano de Radio y Televisión.
Al encuentro asistieron, además, Laura Melo, Representante de PMA; Katherine Muller-Marin, directora de la Oficina Regional de Cultura de la UNESCO; Rafael Cuestas, Coordinador Internacional de Programas de UNFPA; Anna Lucia D’Emilio, Representante de UNICEF y especialistas de género de PNUD, PMA, UNICEF y de la Oficina de la Coordinadora Residente.
Tras agradecer la entrega del video, la Secretaria General de la FMC, Teresa Amarelle, comentó que se trabaja en un nuevo plan nacional de igualdad de género que tribute al seguimiento de la Plataforma de Acción de Beijing, pero también a otros instrumentos internacionales como la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación de la mujer (CEDAW).
La propuesta, además, deberá alinearse con los documentos rectores de la política económico-social cubana, incluido el plan de desarrollo del país hasta el 2030.
De cara a la Agenda 2030
Tras el visionaje de las palabras de Vilma Espín, Kaulard resaltó su carácter “visionario” y actual en el contexto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Espín Guillois alerta sobre algunos de los desafíos que hoy forman parte de Objetivos de Desarrollo Sostenible como la paridad salarial, la valorización del trabajo doméstico y el acceso a las posiciones de poder.
“Indicadores de equidad que se han ido logrando, pero en algunos países están en peligro y se observa una marcha atrás”, alertó la también Representante Residente del PNUD en Cuba y expresó su confianza en el liderazgo de la FMC para lograr “avances sostenibles en términos de igualdad de género” en Cuba.
En ese sentido, varias de las participantes recordaron cómo Cuba tuvo un papel muy activo en todas las negociaciones y foros, tanto gubernamentales como no gubernamentales, que antecedieron a Beijing y que contribuyeron a la aprobación de una plataforma que, aún hoy, es considerada el plan de acción más avanzado en materia de derechos de las mujeres.
Entre los temas relevantes, estuvo la participación cubana en el área de la educación, donde las delegaciones de África y Asia tenían un interés especial en el reconocimiento de los derechos de las niñas, y también en los debates sobre salud, incluidos los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Testimonios
“Tan importante como Beijing fue Huairou”, comentó la economista Tania García, quien participó en el Foro de ONG – celebrado de forma paralela en la ciudad de Huairou con cerca de 30.000 participantes- y como asesora de la delegación cubana en las sesiones de la IV Conferencia en Beijing.
“Primaba el espíritu de lucha contra todas las formas de discriminación y el reconocimiento de la diversidad como virtud y no como defecto. En Beijing, además, se comenzó a mirar la economía desde la sociedad. Fue un enfoque diferente, que colocó la educación y la cultura como inversiones y no como gastos, y que quedó en el espíritu de la conferencia”, recordó.
Para un grupo importante de las participantes en el encuentro del 25 de agosto, lo más importante fue todo lo que promovió Beijing. En Cuba se sucedieron talleres de mujeres, encuentros sectoriales e iniciativas diversas. En 1997, se aprobó el Plan Nacional de Acción de Seguimiento a Beijing que ha tenido tres evaluaciones hasta el momento.
Otras recuerdan siempre el empuje, la capacidad organizativa y de liderazgo de Vilma Espín. “La delegación estaba dividida por los ejes temáticos de la conferencia. Estábamos en las comisiones, debatiendo los documentos y Vilma estaba afuera atendiendo cada detalle. A veces salíamos a decirle que era muy difícil y ella nos decía: tú puedes”, recuerda la jurista Rita Pereira.
“En Beijing, Cuba votó a favor de que se incluyera en los documentos finales la orientación sexual como causa de discriminación. Aunque la negociación fracasó, aunque no fue aceptado, el impacto de que Cuba votara a favor fue muy grande entre las delegaciones oficiales y los movimientos de mujeres. Para mí fue una escuela. Crecí como ser humano más ese día”, añadió.