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“Esta donación de 1000 termómetros infrarrojos, acompañados de un grupo de materiales de promoción de salud, es parte de la respuesta a la COVID-19 que el gobierno de Cuba y el Sistema de las Naciones Unidas están implementando a través del Plan de Respuesta Socioeconómica Inmediata del Sistema de Naciones Unidas en Cuba a la COVID-19, aprobado en 2020”, informó Marisol Alfonso, Representante Auxiliar de la Oficina del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, en Cuba.

Entregado en la mañana de este 23 de febrero al Ministerio de Educación de la República de Cuba (MINED), el donativo busca contribuir a que las escuelas sean entornos seguros ante el impacto de la pandemia.

Mary Carmen Rojas Torres, Jefa del Departamento de Salud Escolar del MINED, agradeció a la Oficina del UNFPA en Cuba, “que ha ajustado las acciones que comúnmente realiza para sumarse a los esfuerzos que realiza el país y en especial el Sistema Nacional de Educación para minimizar el riesgo de contagio y propagación de la Covid-19 en las instituciones educativas”.

Rojas destacó que estos insumos contribuirán “a que nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes, continúen con las garantías de salud y educación que disfrutan en nuestro país, donde lo más importante es el ser humano”.

Los 1000 termómetros infrarrojos se distribuirán para completar la cobertura de estos equipos en todos los círculos infantiles del país, además de los centros con régimen interno que tienen una matrícula superior a 100 estudiantes y las escuelas externas de más de 200 estudiantes.

 

1000 termómetros infrarrojos donados por el UNFPA permitirán mejorar la calidad de la pesquisa en los centros educativos.

 

La funcionaria del MINED comentó que los termómetros “contribuyen a mejorar la calidad de la pesquisa que se realiza a la entrada de las instituciones educativas, en los puntos de embarque de los centros con régimen interno y durante toda la jornada, ya que permitirá identificar síntomas febriles que puedan estar presentes en educandos y trabajadores”.

Mientras tanto, los plegables destinados al personal docente, llegarán a todas las escuelas de nivel medio del país. Estos materiales forman parte de una campaña educativa en la que el UNFPA trabaja de manera conjunta con el MINED, con el apoyo de un equipo técnico de la Sección de Orientación de la Sociedad Cubana de Psicología.

 

Estos productos comunicativos contribuirán a la preparación de la comunidad educativa para prevenir y afrontar los desafíos relacionados con la actual situación epidemiológica.

 

Los materiales se enfocan en la promoción de la salud integral de adolescentes, jóvenes y docentes, desde una perspectiva de género y de derechos, la creación de entornos familiares y escolares libres de violencias (en particular, de la violencia basada en género), así como en la potenciación de la capacidad de resiliencia en estas poblaciones; todo ello con la premisa de no dejar a nadie atrás.

La campaña está dirigida a la población escolar y el personal docente e incluye productos comunicativos, como estos plegables, que se distribuirán en formato impreso, y otros que se compartirán a través de las redes sociales y los medios tradicionales.

Para su producción, se analizaron las evidencias obtenidas en los Psicogrupos de WhatsApp que organizó la Sección de Orientación Psicológica de la Sociedad Cubana de Psicología y funcionaron durante 2020 para brindar orientación y apoyo psicológico a diversos grupos de la población. Igualmente, se consultaron investigaciones sobre adolescentes y jóvenes en este contexto epidemiológico, se realizaron grupos focales en la Secundaria Básica “Rubén Martínez Villena” y el Preuniversitario “Saúl Delgado”, y se llevaron a cabo entrevistas grupales a docentes, también en estas instituciones.

Estos productos comunicativos contribuirán a la preparación de la comunidad educativa para prevenir y afrontar los desafíos relacionados con la actual situación epidemiológica desde varios puntos de vista: la prevención y control de la COVID-19, la protección de la salud mental, así como el desarrollo de valores, habilidades y competencias para prevenir, protegerse y mitigar los efectos de las diferentes formas de violencia, los cuales se incrementan en contextos como este.

 

Mary Carmen Rojas Torres, Jefa del Departamento de Salud Escolar del MINED, agradeció a la Oficina del UNFPA en Cuba.

 

Rojas valoró positivamente que la contribución del UNFPA no fuera “solo desde el punto de vista higiénico-sanitario sino también desde la labor de educación para la salud. Estos materiales aportan al trabajo de las y los profesores a la hora de trabajar con adolescentes ya que incluyen consejos y recomendaciones que les permitirán afrontar el nuevo escenario impuesto por la pandemia con otros recursos didácticos, aportar acciones educativas libres de estigmas, de violencia, sobre todo la basada en género, y contribuir a la seguridad de las familias por la protección de sus hijos en el escenario educativo”.

Prevenir y controlar la aparición de brotes en las escuelas es fundamental para generar la confianza de la comunidad y las familias, así como para fomentar la capacidad de resiliencia. Al mismo tiempo, el entorno docente educativo ofrece oportunidades para articular alianzas y transformar las bases culturales que sustentan las desigualdades de género, desde una visión inclusiva y participativa. Para estos propósitos, la educación integral de la sexualidad resulta una valiosa herramienta que demanda estrategias innovadoras para su continuidad.

La escuela, además de contribuir a la educación de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, constituye un escenario protector y desarrollador para adolescentes y jóvenes, sobre todo para quienes provienen de familias afectadas directamente por la covid-19, en condiciones de desventaja social, disfuncionales o tienen necesidades educativas especiales. Al mismo tiempo, funciona como un sucedáneo del cuidado familiar de niños, niñas y adolescentes. De modo que facilita la incorporación de las madres, padres o tutores a sus empleos, en particular en los hogares monoparentales y/o carentes de redes de apoyo al cuidado. Estas son razones clave por las que la sostenibilidad del proceso docente educativo se considera un componente fundamental en la recuperación a la crisis generada por la pandemia.

Alfonso explicó también que esta experiencia se inscribe en el marco de la colaboración que durante alrededor de tres décadas han mantenido el UNFPA y el MINED, encaminada a la incorporación de la educación integral de la sexualidad (EIS) en el ámbito educativo. “La EIS es una manera también de crear seres humanos que sean más autónomos, que sean resilientes, y que puedan ser felices, que es lo que se quiere con estos programas”, afirmó. 

 

Marisol Alfonso, Representante Auxiliar de la Oficinal del UNFPA en Cuba, explicó que la agencia adaptó sus actividades tradicionales para responder a las necesidades identificadas por el país con el objetivo de que contribuir a que los centros educativos continúen siendo espacios seguros en el actual contexto epidemiológico.

 

Durante los últimos 10 años, el UNFPA ha estado acompañando al MINED en la implementación del Programa de Educación Integral de la Sexualidad con enfoques de género y derechos. “Esperamos continuar este año también esta colaboración y responder a las necesidades que el MINED identifique como prioritarias para el año”, concluyó Alfonso.