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Melany Crespo Rodríguez piensa mucho en el momento en que será independiente y cómo quiere vivir cuando llegue a esa edad. Desea cumplir veinte años rodeada de sus amigas y amigos; mantener por mucho tiempo las amistades que ahora la regocijan. Eso “sería lo mejor” que le pudiera pasar.  
En estos momentos tiene 15 años y asiste al Instituto Preuniversitario “Mártires de Guajaibón”.
Se levanta “casi todos los días a las seis y media” para ir a la escuela. En los recesos, dibuja y hace las tareas. Se acuesta temprano, dice, aunque a veces se pasa de las diez cuando necesita estudiar. Estudia bastante. Está valorando optar por la carrera de Ciencias de la Información, que se imparte en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.
En sus ratos libres escucha bandas como Kiss y Pink Floyd. Los fines de semana sale con sus amistades y, en ocasiones, van en grupo a la discoteca. Melany habla bajito y pausadamente, aunque sin titubear.
El dibujo que Melany hizo a lápiz sobre cartulina el mes pasado ganó uno de los 12 premios del IV Concurso Nacional de Dibujo Infantil y Juvenil “Vivir libre de violencias es un derecho de niños, niñas y adolescentes”. Ella viajó el 4 de abril desde Bahía Honda, Artemisa, hasta la sede del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) para recibir su galardón por la obra “Nexos de confianza”.

 

Melany compartió que, en su dibujo, está lo que desea para el futuro: “Yo quisiera tener esa relación tan fuerte con las amistades, que para mí son algo imprescindible en la vida”.

 

Vestida de negro, pero con frescura de albahaca, caminó unos pasos desde la silla hacia el micrófono ubicado en la izquierda de la sala polivalente de la conocida institución y les contó a las personas invitadas sobre sus inspiraciones.
Sintió paz mientras dibujaba, “porque todo lo que dibujé a mí me gusta. No estaba presionada por un tema no relacionado con mis gustos y fue muy satisfactorio. Yo cuando dibujo generalmente me relajo. Pongo mi reproductor de música y me meto ahí a hacer las cosas. Esta vez me sentí muy bien”.
Por aquellos días, la muchacha “había conocido nuevos amigos” y tuvo “una relación fuerte con un amigo que fue importante para mí”.
 

El porqué del concurso

El propósito principal de la iniciativa es que niñas, niños y adolescentes (NNA) compartan sus ideas a través de expresiones creativas.
El Ministerio de Educación (MINED), el Cenesex y la Oficina en Cuba del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, impulsaron el concurso para contribuir a la prevención de la violencia sexual, así como al ejercicio pleno del derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestra sexualidad, desde la infancia y la adolescencia. La convocatoria también llamó a dialogar sobre el respecto a la privacidad e intimidad de estas poblaciones.
Mientras crecía, Melany accedió a información fiable sobre sexualidad. Su hermano tenía una relación con una médica. “Ella me daba muchos libros de educación sexual y leer todas esas cosas me facilitó saber lo que debo hacer. Aprendí acerca de la relación de los padres con sus hijas e hijos, del embarazo en la adolescencia… que es mejor evitarlo, porque la edad buena para tener hijos es a partir de los 20, 25 años. Aprendí todo lo que tengo que hacer para protegerme y no contagiarme con ninguna enfermedad”.
Lamentablemente, su mamá falleció hace tres años. 

 

Melany sueña con tener 20 años y seguir disfrutando de las emociones que captura en el dibujo: un grupo de amigos unidos y alegres.

 

Su hermano, Pedro Luis González Rodríguez, no pudo disimular su orgullo durante la premiación. “Imagínate, a Melany siempre le interesó el dibujo desde que era pequeña. Cuando ella fue creciendo me vio a mí. Yo me gradué de Artes Plásticas en Pinar del Río, en la academia ‘Tiburcio Lorenzo’”. 
Pedro le enseñó algunas técnicas de dibujo y la motivó para que practicara a diario. Mitad autodidacta, mitad acompañada por su hermano, “ha aprendido mucho y tiene mucho talento”.

 

Pedro Luis González Rodríguez, junto a Melany en el portal del Cenesex.

 

El padre de Melany viaja a menudo fuera del país y, mientras tanto, el hermano se encarga “de sus necesidades, de sus cosas. Siempre estoy tratando de ayudarla todo lo que puedo, porque yo no tengo hijos todavía, tengo 28 años. Y ella es como si fuera una hija”.  
Pedro es el confidente de Melany, pero a él le resulta un poco espinoso conversar con ella sobre sexualidad, “porque yo he pasado trabajo también para hablar esas cosas”. Aunque es complicado para él, lo resuelve “con mucha ecuanimidad y tranquilidad hablando con ella”.
En esa edad, cuando las personas adolescentes “tienen muchas inquietudes”, Pedro considera crucial que la escuela apoye a la familia. “Es un cincuenta-cincuenta. La familia es cincuenta por ciento y la escuela también. En la escuela pasan casi más tiempo que en la casa. Y ahí debe abordarse más el tema”.
La educación integral de la sexualidad (EIS) basada en evidencia científica equipa a NNA con conocimientos, habilidades, actitudes y valores que los empoderan para disfrutar de salud, bienestar, dignidad… y para construir relaciones sanas como las que desea sostener Melany desde ahora hasta la adultez.
Las instituciones coordinadoras del evento subrayan en la convocatoria, lanzada el verano pasado, que la EIS permite a estas poblaciones entablar relaciones sociales y sexuales basadas en el respeto, tomar decisiones autónomas, reflexionar acerca de las repercusiones de estas para su bienestar y el de otras personas, además de proteger sus derechos a lo largo de la vida. 
Mirtha González Estévez, Asesora de Salud Escolar del MINED en Artemisa, evalúa positivamente la experiencia y expresó satisfacción por el hecho de que esta es la primera vez que gana una estudiante de su provincia.
La también metodóloga explica que, en Cuba, se imparten temáticas de educación integral de la sexualidad en el currículo escolar, “teniendo en cuenta la preparación que necesitan las personas adolescentes y jóvenes para tener relaciones de manera saludable, para que eviten el embarazo en la adolescencia, para que puedan continuar sus estudios. Tener conocimientos de todo lo que es la sexualidad, considerando su edad”.
Las personas jóvenes con las que González trabaja, en comparación con otras generaciones de cubanas y cubanos, comparten actitudes más cercanas a la igualdad entre los géneros y la no discriminación por motivos de sexo, orientación sexual, identidad de género, lugar de nacimiento y color de la piel, reconoce.
Sin embargo, persisten desafíos. A pesar de que Cuba es un referente regional en lo concerniente a la EIS, en 2021, la tasa de fecundidad adolescente era de 49.2 por cada mil muchachas entre 15 y 19 años. La contribución de la fecundidad adolescente a la fecundidad total era del 17%. O sea, casi 1 de cada 5 partos, era de una madre adolescente.
Eso, unido a “las altas tasas de aborto y la prevalencia de las infecciones de transmisión sexual, en particular entre adolescentes y jóvenes, requiere de un esfuerzo continuo destinado a la implementación de programas de EIS dirigidos a este grupo poblacional”, señala el Programa de País del UNFPA con el Gobierno de Cuba (2020-2024).
El UNFPA se propuso para este período, partiendo del progreso conseguido por el país, acompañar el mejoramiento de la calidad de los programas de EIS dentro y fuera de la escuela.
 

En 2022, la Oficina en Cuba del UNFPA organizó el taller "Resiliencia y derechos sexuales y reproductivos en adolescentes y jóvenes, mujeres embarazadas y puérperas", como parte del proyecto que implementan el Ministerio de Salud Pública, Prosalud, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el UNFPA, con recursos del Gobierno de Japón.
 
Los últimos años se han caracterizado por “un contexto de contrastes en términos de avances y retrocesos para el ejercicio de los derechos sexuales, que constituye un desafío permanente en la implementación de políticas, estrategias y programas de EIS a nivel global y regional”, dijo en 2018 la Dra.C Mariela Castro Espín, Directora del Cenesex.
Actualmente, uno de los obstáculos es el auge de tendencias conservadoras que apuestan por limitar el ejercicio de los derechos de las personas adolescentes y jóvenes.
No obstante, entre los acuerdos adoptados en el Consenso de Montevideo (2013) por todos los países de América Latina y el Caribe está precisamente: “asegurar la efectiva implementación de programas de educación integral para la sexualidad, reconociendo la afectividad, desde la primera infancia, respetando la autonomía progresiva del niño y de la niña y las decisiones informadas de adolescentes y jóvenes sobre su sexualidad, con enfoque participativo, intercultural, de género y de derechos humanos”.
Cuando Melany tenía unos doce años, en noviembre de 2019, 173 países y territorios de todo el mundo, se comprometieron en la Cumbre de Nairobi a “garantizar el acceso de todas las personas adolescentes y los jóvenes, especialmente las niñas, a información y educación integral y apropiada a su edad, además de servicios amigables, integrales, de calidad y oportunos, que les permitan tomar decisiones libres e informadas sobre su sexualidad y su vida reproductiva (…)”.
Reconociendo a NNA como sujetos de derechos y actores del desarrollo, las instituciones coordinadoras del concurso defienden que “recibir educación integral de la sexualidad (EIS) (…) constituye una herramienta fundamental en la prevención de todas las formas de violencia, incluido el abuso sexual infantil”. 

 

La premiación

24 finalistas, entre las 195 obras llegadas desde casi todas las provincias cubanas, seleccionó el jurado que integraron funcionarias de las tres instituciones y el Director de la Academia de Bellas Artes San Alejandro, Julio César Pérez Moracén.
A partir de los criterios de ajuste al tema del concurso, imaginación y calidad estética, se eligieron 12 premios y un Gran premio.  El Gran premio fue “Semejanza divina”, pieza de Yaíma Ríos Murguecia, de 14 años, estudiante de la escuela secundaria básica urbana “Catalina Valdés” en Consolación del Sur, Pinar del Río.

 

“Semejanza divina”, Gran Premio del II Concurso Nacional de Dibujo Infantil y Juvenil “Vivir libre de violencias es un derecho de niños, niñas y adolescentes”.

 

La premiación ocurrió durante la recta final de la décima edición de las “Jornadas Maternidad y Paternidad. Iguales en derechos y responsabilidades”, inaugurada el pasado Día de San Valentín.
Durante el evento, Marisol Alfonso de Armas destacó la acogida de la convocatoria y el número de participantes que viven fuera de la capital, “porque muchas veces hay más oportunidades aquí, en La Habana. Esperamos tener la quinta edición el año próximo y que sea con una participación mucho mayor”.
Alfonso empatizó con los sentimientos que Melany coloca en su obra, con “el hecho de valorar lo que significa la amistad desde ahora, desde la edad que tienes, en nuestras vidas. Eso implica también escuchar y cultivar la capacidad de entender a personas diferentes, de querer ayudar a otras personas y de apoyarte en ellas cuando lo necesites”.
El UNFPA ha estado, junto al MINED y al Cenesex, apoyando estos concursos desde el inicio, apuntó. “Queremos buscar formas mucho más innovadoras para que participen más estudiantes”.

 

Mirtha González Estévez; Ana María Cano, especialista del departamento de docencia e investigaciones del Cenesex y miembro del jurado; Ivón Calaña, Subdirectora del Cenesex; Melany Crespo y Marisol Alfonso; durante la premiación.

 

Ivon Calaña, Subdirectora del Cenesex, agradeció en nombre de la Directora del centro la participación de todas las personas que concursaron, comentó los resultados positivos que han tenido las “Jornadas Maternidad y Paternidad. Iguales en derechos y responsabilidades” y consideró la relevancia del arte para avanzar los derechos de NNA, quienes van ocupando un rol cada vez más protagónico en la construcción del desarrollo sostenible.
“Los derechos sexuales y reproductivos son un tema que siempre se aparta, se minimiza, así que esta es una oportunidad de realmente colocarlos sobre la mesa y que también sepamos cómo podemos acompañar a NNA en esta etapa de la vida”, concluyó.

 

Acto de premiación del II Concurso Nacional de Dibujo Infantil y Juvenil “Vivir libre de violencias es un derecho de niños, niñas y adolescentes.

 

Melany se despidió del Cenesex entre las sonrisas y el cariño ganado, segura de que la clave para conservar amistades durante toda la vida es “siempre ayudar en lo que pueda, porque ellas y ellos siempre me ayudan y están ahí”.